Xabi Alonso no hace la vista gorda, le dijo que no jugará y no jugará si no cambia
El técnico del Real Madrid advierte al delantero brasileño que no jugará si no mejora su actitud e intensidad
El Real Madrid atraviesa un momento en el que no todo son buenas noticias. La relación entre Xabi Alonso y Rodrygo Goes se ha tensado en las últimas semanas debido al rendimiento y la actitud del brasileño. El técnico vasco, firme en su discurso, ya le habría dejado claro al jugador que, mientras no cambie su predisposición y no muestre más intensidad en entrenamientos y partidos, no tendrá hueco en sus alineaciones.
Este aviso no es una amenaza vacía, sino una advertencia seria en la que Alonso busca marcar un precedente: en su Madrid nadie está por encima del esfuerzo colectivo. La figura de Rodrygo, que en otras temporadas fue decisiva en momentos clave, está perdiendo peso y confianza en el vestuario.
Alonso exige compromiso, Florentino se preocupa
Xabi Alonso, consciente de la exigencia que requiere dirigir al Real Madrid, no está dispuesto a hacer la vista gorda con jugadores que no rinden al máximo de sus posibilidades. Su mensaje a Rodrygo es claro: “si no cambias, no juegas”.
Por otro lado, Florentino Pérez observa la situación con cierta preocupación. El presidente, que ve en Rodrygo una pieza con valor de mercado importante, teme que el bajón de rendimiento y la pérdida de confianza afecten a una hipotética venta en el futuro. Para el club, mantener al jugador en un estado competitivo es clave, tanto en el plano deportivo como en el económico.
El futuro inmediato de Rodrygo, en el aire
El caso de Rodrygo se ha convertido en un foco de debate dentro del club. Mientras Xabi Alonso no cede en su postura de priorizar el compromiso y la entrega por encima de los nombres, el brasileño está obligado a dar un paso adelante si quiere recuperar su protagonismo. El mensaje lanzado por el entrenador no solo está dirigido al propio jugador, sino también al resto del vestuario: en este Real Madrid nadie tiene garantizado el puesto sin esfuerzo y sacrificio.
Rodrygo encara, por tanto, semanas decisivas. Si responde con trabajo y mayor intensidad, puede volver a ser el futbolista desequilibrante que enamoró al madridismo. Pero si no cambia, corre el riesgo de quedarse relegado a un papel secundario y de ver cómo su futuro en el club blanco se oscurece.