No es como Lamine Yamal, pero sí de lo mejor de la cantera del Real Madrid; Xabi Alonso le tiene el ojo echado
El mediocentro aragonés de 19 años ha llamado la atención de Xabi Alonso tras destacarse en el Castilla
Jorge Cestero Sancho (Zaragoza, 2006) ya no es secreto en Valdebebas. Subido al Castilla tras completar su etapa en Juvenil A, el mediocentro ha irrumpido con fuerza bajo el mando de Álvaro Arbeloa.
Con 1,80–1,81 metros de altura, buen físico y pie derecho, Cestero combina una visión de juego ordenada con capacidad para dirigir el ritmo de los partidos desde la sala de máquinas.
Un ascenso fulgurante
No es un jugador de explosiones asombrosas, pero sí de consistencia. Uno de sus puntos fuertes: la progresión en la posición, buena lectura de espacios, pase seguro y moderada llegada ofensiva cuando el equipo lo permite. En su estadística en el Castilla ya ha tenido partidos donde marca y participa activamente.
Su evolución en Castilla ha sido rápida: de Juvenil al filial con regularidad, titularidad casi inmediata, rendimiento destacado en los primeros encuentros, y, lo que más ha llamado la atención, su integración táctica. Arbeloa lo ha alineado como interior en sistemas de 4-2-3-1 o 1-4-2-3-1, donde tiene libertad para moverse entre líneas, distribuir y ayudar en recuperación.
Cómo encajaría en el Real Madrid según Xabi Alonso
Xabi Alonso tiene el ojo puesto en talentos como Cestero precisamente porque encajan con lo que busca: mediocentros que no solo defiendan, sino que sepan controlar el juego, tener buen pase, ser físicos y contribuir sin errores de concentración. En un Real Madrid en el que se exige rotación, sacrificio y que los jugadores del medio campo mantengan un alto nivel defensivo y ofensivo, Cestero podría ser útil como interior de recambio, cuarto mediocentro o titular en competencias donde el primer equipo necesite refresco.
Además, su perfil le permite adaptarse a partidas de menor exigencia o sustituir a Valverde o Tchouaméni cuando sea necesario. En partidos de autoridad o de tensión media, donde no haya que depender únicamente del talento individual sino del control colectivo, su carácter sereno, su soltura con balón y su capacidad de posicionamiento serían un activo. Si bien no tiene el carisma mediático de Lamine Yamal, ni la rapidez explosiva o la fama, lo cierto es que es, hoy por hoy, uno de los talentos más firmes y menos vistosos de la cantera blanca. Si Xabi Alonso apuesta por él, podría ser una de esas apuestas silenciosas que marquen la diferencia en el medio plazo.