Mbappé no le habla, no lo soporta y llegaron a las manos
La tensión en el vestuario estalla con un conflicto inesperado
Kylian Mbappé es la gran estrella del Real Madrid y su impacto va mucho más allá de los goles. Su llegada elevó la exigencia, el foco mediático y también la intensidad dentro del vestuario. En ese contexto, no todo ha sido armonía. La tensión interna sigue presente y uno de los episodios más comentados en los últimos meses tuvo como protagonistas al delantero francés y a Antonio Rüdiger.
Un choque de personalidades que encendió la chispa
Mbappé es competitivo, exigente y muy cuidadoso con el clima del grupo. Por eso, según fuentes, nunca ha terminado de encajar con la actitud de Rüdiger, un futbolista de carácter fuerte, provocador y con un estilo muy desafiante dentro del campo. Esa forma de comportarse, que algunos interpretan como liderazgo, no convence a todos. Y menos al francés, que considera que hay líneas que no deben cruzarse ni en partidos ni en entrenamientos.
La relación se fue enfriando con el paso de las semanas hasta llegar a un punto de ruptura. Apenas se hablan y el trato es prácticamente inexistente. El detonante fue un lance durante un entrenamiento, en un partido amistoso interno, cuando Rüdiger entró con dureza en una acción que Mbappé consideró innecesaria. La discusión subió de tono y ambos llegaron a las manos antes de ser separados por sus compañeros.
No fue un hecho aislado. En el vestuario recuerdan situaciones similares protagonizadas por el central alemán, incluida una reciente con Jude Bellingham, en la que también hubo un cruce serio tras una acción fuerte. Este tipo de comportamientos han ido generando desgaste y cierto hartazgo entre varios jugadores.
Un futuro en el aire y un vestuario atento
El episodio no pasó a mayores, pero dejó huella. Mbappé no olvida y su postura es clara: no tolera actitudes que considera chulescas o poco respetuosas con el grupo. En un vestuario lleno de egos y talento, el equilibrio es frágil, y estos choques lo ponen a prueba.
Además, el futuro de Rüdiger no ayuda a calmar las aguas. El central alemán arrastra problemas físicos constantes y su continuidad empieza a generar dudas en el club. Las lesiones han frenado su regularidad y, aunque su carácter competitivo es valorado, también preocupa el impacto que pueda tener en la convivencia interna.
En el Real Madrid intentan manejar la situación con discreción. No quieren ruido ni conflictos públicos, pero son conscientes de que estas tensiones existen. La prioridad es proteger al grupo y mantener el foco en lo deportivo, especialmente con Mbappé como referente absoluto del proyecto.