Ha pedido su salida a Florentino Pérez porque tiene calidad para ser titular y con Xabi Alonso no jugará

Después de varios avisos se quiere marchar porque ve comprometida su titularidad

Andriy Lunin ha comunicado directamente tanto a Florentino Pérez como a Xabi Alonso que considera necesaria su salida del Real Madrid este verano. Con 26 años, una renovación hasta 2030 y actuaciones memorables cuando ha tenido minutos, el portero ucraniano estima que tiene nivel de titular en cualquier grande de Europa, pero bajo las órdenes de Xabi no tendrá oportunidades reales.

Su frustración emerge de una realidad evidente: Courtois sigue siendo intocable, y Lunin no ha disputado ni un solo minuto en la pretemporada ni en el Mundial de Clubes. A pesar de su implicación en la temporada anterior y su rendimiento cuando Courtois se lesionó, el nuevo técnico no le contempla más allá de la Copa del Rey.

Futuro impaciente: Lunin quiere protagonismo, no espera invisible

Lunin ha decidido poner su carrera por delante de la comodidad. Está “harto de otro año a la sombra”, han comentado fuentes cercanas. Ha pedido al club y al entrenador que no se interpongan en su salida si llega una oferta deportiva y económica sólida. Equipos de la Premier League, como Manchester City o United, e incluso clubes europeos o de Arabia Saudí, lo persiguen como alternativa de éxito a largo plazo.

Desde la directiva se mantiene una postura clara: no lo venderán por menos de 25–30 millones de euros, cantidad que consideran justa considerando su rendimiento, edad y contrato vigente. Jorge Mendes, su representante, ya ha comenzado a sondear mercado y preparar escenarios. La idea del Madrid no es retenerlo por fuerza, pero tampoco regalar su contrato renovado.

Lunin no quiere aplazar su carrera

Lunin no cuestiona la figura de Courtois: acepta respetarlo como número uno, pero no soporta la idea de otro año inactivo en el banquillo. Su mensaje es firme: si no hay cambio de proyecto en el Bernabéu, prefiere salir y triunfar en otro sitio.

Florentino y Xabi se enfrentan a una decisión estratégica: mantener a un talento interno que puede crecer con minutos, o abrir paso a una operación que libere ficha y dé aire a la plantilla. El momento ha llegado: este verano podría resolver uno de los primeros ángulos complicados de la nueva etapa.