Con Ancelotti no quiso venir al Real Madrid, pero ahora llama y se ofrece a Xabi Alonso
Un futbolista cambia de opinión
La salida de Carlo Ancelotti del Real Madrid, que ya ha sido confirmada oficialmente, abre las puertas a muchos jugadores que en su día no quisieron llegar al equipo en caso de que él fuera el entrenador. Y es que no tenía una buena fama, debido a la poca confianza que ha demostrado en todos los futbolistas jóvenes, y a las pocas rotaciones que acostumbra a realizar, apostando siempre por su bloque de confianza, lo que le ha costado duras críticas.
Y esto fue un argumento de peso para que Leny Yoro optara por descartar un posible aterrizaje en el Santiago Bernabéu, a pesar de que recibió una oferta en firme de Florentino Pérez. Era el elegido para cubrir la baja de Nacho Fernández, que se marchó a Arabia Saudí, y ya tenían preparada una oferta para sacarlo de las filas del Lille. Porque el presidente parecía tener claro que era una apuesta segura, y veía en él al nuevo Raphaël Varane.
Por desgracia, nada fue posible para convencer al joven zaguero nacido en el año 2005, que agradeció el interés, pero se decantó por mudarse al Manchester United, donde creía que podía tener mucha más regularidad, y además le ofrecían un salario considerablemente superior. Pero ahora, 12 meses después de ese momento, ya busca una salida de Old Trafford, donde se siente engañado, por culpa de los pésimos resultados cosechados.
Se han quedado fuera de competiciones europeas, y aunque el galo ha acabado teniendo un rol bastante protagonista, tiene claro que quiere dejar los ‘diablos rojos’, y estaría encantado de unirse al Madrid. Ahora que Ancelotti ya no está, sí que vería con muy buenos ojos vestir de blanco, y ponerse a disposición de Xabi Alonso. Ni siquiera el fichaje cerrado de Dean Huijsen ha provocado que se eche para atrás, aunque no es necesario decir que es una operación muy compleja.
Para empezar, porque los ingleses no tienen intención de regalar a Yoro, por el que pagaron más de 50 millones de euros. Y segundo, porque en estos momentos cuesta encontrarle hueco en el vestuario, a menos que se concreten varias despedidas.