Bellingham no traga ser suplente en el Real Madrid

El inglés exige tener un rol definido tras su lesión, rechaza la suplencia y presiona por la titularidad

Jude Bellingham regresó hace poco al Real Madrid tras superar una intervención en el hombro. Su recuperación fue seguida con lupa, pero varios partidos ya han mostrado que no está en su mejor versión física ni futbolística. Algunos encuentros posteriores a su regreso lo han tenido como suplente, algo que no le ha gustado a él ni ha pasado desapercibido en el vestuario.

Según informan medios deportivos, Bellingham entiende que, por lo que ha demostrado hasta ahora, no merece seguir saliendo del banquillo. Cree tener calidad, historial y compromiso suficientes para ser titular. Además, siente que el tiempo sin jugar le resta ritmo, y que seguir en ese rol le perjudica tanto individualmente como al equipo. “No aceptará ser suplente” se ha convertido en uno de los mensajes más repetidos en su entorno.

¿Presión interna y decisiones tácticas?

El hecho de que Bellingham exija un rol titular plantea varias preguntas en el Madrid: ¿Quién será el sacrificado? ¿Cómo reordena Alonso su mediocampo si pone de inicio al británico? Junto con Camavinga, Valverde, Tchouaméni y Arda Güler, hay competencia fuerte para las zonas de creación y llegada desde atrás.

Además, su estado físico todavía está en duda. Pese a que ha entrenado bien, la recuperación tras la lesión en el hombro obliga a cierto margen de error. Forzar una titularidad prematura podría empeorar la situación. También está la presión mediática: Bellingham fue traído con expectativas enormes, lo que le añade sobrecarga emocional.

El regreso complicado y el malestar por no ser considerado de inicio

El vestuario también observa: hay quienes valoran su ambición y lo ven justo en reclamar lo que cree merecer. Pero hay otros que piensan que todos deben ganarse los minutos, sin privilegios, y que el equipo no puede depender de nombres si no se demuestra día a día.

La situación está en punto de inflexión. Bellingham ya ha dejado claro que no está dispuesto a seguir saliendo del banco. Ahora le corresponde a Xabi Alonso decidir si lo escucha, lo refuerza con titularidad y le da confianza, o si mantiene la exigencia y arriesga un distanciamiento. En el Madrid, no hay sitio para medias tintas: un jugador de su perfil tiene que jugar o la tensión crecerá.