Tomas Tuchel está dispuesto a lo que sea por retener a su crack

Ante la posibilidad de que salga gratis el año que viene el club intenta lograr su renovación

Uno de los puestos más difíciles de cubrir para los clubes de Europa es el de central, ya que no estamos en un buen momento en lo que corresponde a jugadores capaces de ocupar el centro de la defensa, es decir, no hay muchos zagueros de calidad y los que están en venta tienen un coste muy elevado. De esto es consciente Tomas Tuchel y por eso ha pedido con urgencia que se renueve el contrato de Antonio Rüdiger, que finaliza en junio de 2022, lo que podría ocasionar la salida del jugador este mismo verano para evitar que se fuera gratis el próximo.

Por eso, desde las oficinas de Stamford Bridge se han puesto manos a la obra y han contactado con los agentes del jugador, con la intención de firmar un nuevo contrato antes de que acabe el mes de marzo. Esto implica un cambio de planes, ya que el jugador estuvo a punto de salir del conjunto blue porque no contaba para Frank Lampard pero, tras la destitución del entrenado inglés y la llegada del técnico alemán, las cosas han cambiado y su situación en el equipo se ha fortalecido mucho, tanto que Tuchel exige su permanencia. El Chelsea, que no tenía pensado tener estos contactos con los representantes de Rudiger hasta después de la Eurocopa, también para ver si el jugador se revalorizaba y sopesar una posible venta, ha cancelado sus planes y se ha marcado como prioridad la renovación de Rüdiger.

Esta renovación debería ser por cuatro años, tal y como indican desde Inglaterra, ya que es lo que espera el futbolista de 28 años. Considera que está demostrando lo que vale, desde que llegó Tuchel ha jugado 20 partidos, contribuyendo a que 13 finalizaran con la puerta a cero. Se trata de un futbolista que tiene unas cualidades que le hacen muy valioso: potente en el juego aéreo y con una gran salida de balón, así como acierto en el pase. Así pues, parece que el Chelsea, si hace una buena oferta, podrá mantener a un jugador que se antoja vital para comenzar a ensamblar el equipo de la próxima temporada.