Solskjaer ficha al central del futuro, un diamante en Portugal

El entrenador del Manchester United ha encontrado un central para la próxima temporada que llegará en verano

Sigue el proceso de construcción del Manchester United de cara a la próxima temporada, Ole Gunnar Solskjaer es consciente de la necesidad de adquirir un central para reforzar la defensa de los Red Devils. Defensa que ha quedado muy mermada por las lesiones de Eric Bailly y Phil Jones, este último sin fecha de regreso debido a la grave lesión en su rodilla. Así las cosas y consciente del reto que se presenta la próxima campaña, en la que quieren luchar por volver a lo más alto en la Premier League y para pelear la Champions League, Solskjaer ha recibido informes de muchos centrales de todo el mundo y sobre todos ellos ha destacado a David Carmo, jovencísimo defensa del Braga portugués, que con solo 21 años ha llamado la atención del entrenador noruego.

¿Qué tiene de especial David Carmo y qué puede aportar al United? Se trata de un jugador que no solo es un proyecto de futuro, sino que ya es una realidad en una liga disputada, como es la portuguesa, esta temporada ha jugado en 21 partidos, de los cuales ha contribuido a ganar 12 de ellos y a que la portería de su equipo no reciba goles en seis de esas victorias. Se trata de un central que aporta mucho en el juego aéreo gracias a su altura, 1,96 metros, una envergadura que no le resta ni velocidad ni calidad, tiene mucha seguridad para ir al corte en el uno contra uno y no esconde la pierna nunca. Además, tiene dotes de liderazgo, algo que destaca en un chico tan joven, por eso Solskjaer no quiere dejarle escapar.

El futbolista tiene contrato con el Braga hasta 2025, lo que puede parecer un contratiempo para Solskjaer, pero el precio del jugador no es excesivamente alto, y el equipo portugués es un equipo dado a vender, más aún si el negocio es suculento. En este caso, se trata de un futbolista formado en la cantera del Braga, por lo que la venta le supone el 100% de beneficio, esta venta se puede cerrar en torno a los diez millones de euros, algo que los portugueses no pueden rechazar.