Sigue a Havertz: el crack del Leverkusen que quiere ir a la Premier
Pide salir del BayArena esta semana
Kai Havertz dejó el Bayer Leverkusen este verano, y puso rumbo a la Premier League, a pesar de tener ofertas de La Liga Santander, donde el Real Madrid estaba muy interesado. Así mismo, la Juventus de Turín, en la Serie A, y el Paris Saint-Germain, en la Ligue 1, también estuvieron tanteándole, y siguiendo sus pasos, e incluso estaban dispuestos a hacer una oferta. Pero decidió emprender un vuelo a las islas, donde tenía llamadas del Liverpool de Jürgen Klopp y el Manchester United.
Sin embargo, su elección fue el Chelsea de Frank Lampard. Sus compatriotas Antonio Rüdiger y Timo Werner, a los que conoce de la selección germana, le convencieron. Este último también ha llegado este verano, desde el RB Leipzig, y se vieron seducidos, además de por la oferta económica, por el proyecto deportivo que les ofrecen. Y es que aspiran a pelear por todos los títulos posibles, en un corto-medio plazo, incluida, la Champions League.
Anoche debutaron ante el Brighton & Hove Albion, en una victoria algo sufrida, por uno a tres, en la que no brillaron en exceso los recién llegados. Y, próximamente, en la liga inglesa puede tener a una nueva joya desde la Bundesliga, donde en las últimas temporadas ya han pescado mucho. Porque Ilkay Gündogan, Max Meyer, Christian Pulisic… llegaron desde allí en los últimos veranos. Y ahora, puede ser el turno de otro crack.
Y también, del Leverkusen. En este caso, es Leon Bailey, el que ha solicitado formalmente ser traspasado, para iniciar una nueva aventura en un equipo con un proyecto más ambicioso. En su momento, sonó para grandes clubes, tras su irrupción en el Genk, pero en el BayArena da la sensación de haberse quedado algo estancado. Y el Everton de Carlo Ancelotti era colocado como su gran pretendiente, si bien el favorito es otro.
Estamos hablando del Tottenham de José Mourinho, que necesita refuerzos, en especial, para las bandas. Han comenzado el curso con una derrota, y tienen miedo a volver a hacer el ridículo, como en el anterior. Su precio sería de 45 millones de euros.
Tampoco es excesivo.