Rüdiger deja al Chelsea con la miel en los labios
Abramovich se pone nervioso con el mediocentro tras su entrevista
En el Chelsea hay un tema que preocupa por encima de todo: la renovación de Antonio Rüdiger. El futuro del jugador alemán del Chelsea está muy en el aire. Su contrato, que finaliza en junio de 2022, provoca que a partir del 1 de enero el mediocentro del club londinense pueda hablar libremente con el equipo que desee contratarle, dentro y fuera de la Premier League, y son varios los interesados (entre ellos el Real Madrid y el Bayern de Munich).
Tras una primera oferta de renovación que el jugador, a través de su agente, rechazó, han llegado unas semanas de impasse. Rüdiger sabe que su posición no es de las más valoradas en lo monetario en el mundo del fútbol, pues está destinado más a destruir que a construir. Pero al mismo tiempo él cree que su función en un equipo es clave para que los atacantes puedan finalizar y para dar equilibrio a un sistema como el de Tuchel.
Es por ello que Rüdiger, ante el que puede ser su último gran contrato (el berlinés cumplirá 29 años el próximo mes de marzo) quiere asegurarse un sueldo más elevado que el que le ha ofrecido Abramovich en su primera oferta. Ahora ha comenzado el tira y afloja y el magnate ruso sabe que la renovación o no del futbolista se juega en los próximos dos meses. Si a finales de año no se ha logrado llegar a un acuerdo, el defensa será ya historia para el Chelsea. Así lo demuestran casos como el de Sergio Ramos o David Alaba el año pasado.
En sus últimas declaraciones a The Guardian Rüdiger ha querido dejar claro que se siente eternamente agradecido a Thomas Tuchel por haberle concedido la confianza necesaria y por haber dado con la tecla para que él encontrase la estabilidad necesaria con la que hacerse un habitual del once del conjunto inglés. Pero Rüdiger, que no ha tenido problemas en alabar a Tuchel, ha sido más tibio a la hora de hablar de su futuro y de comprometerse con el Chelsea: “sobre la situación del contrato, hablo con el club” ha afirmado. Ha reconocido que está feliz allí pero no ha querido ir más allá para no atarse más de la cuenta. Ha sido un si pero no que ha dejado al club con una sensación agridulce.
Ahora es el Chelsea quien debe decidir hasta dónde está dispuesto a llegar por retener a su estrella. Abramovich, que no está acostumbrado a estar a este lado, la de retener a una estrella (suele estar en el lado opuesto, el interesado en fichar a una) empieza a impacientarse con este asunto aunque es Marina Granovskaia, la Directora Ejecutiva, quien está llevando a cabo la negociación con Rüdiger y su agente. Dos meses para conseguir su firma. El tiempo se agota.