¡Problema de los gordos con Gareth Bale! Escándalo en el Real Madrid

Florentino Pérez se encuentra atemorizado

Las cosas no están yendo a Gareth Bale como se esperaban en el Real Madrid. Decidieron que se marchara a préstamo este verano, con la idea de que no regresara nunca más. Zinedine Zidane acabó harto de un futbolista que no aportaba absolutamente nada, y que solo traía problemas en el vestuario. Y pocos confiaban en que recuperara su mejor versión, pues ya tiene 31 años, y sus mejores días quedaron muy, muy atrás.

Pero el Tottenham Hotspur le tendió la mano, dejándose llevar más por el aspecto emocional que por la necesidad deportiva. José Mourinho, que ya lo había pedido en su momento para el Manchester United, le recibió con los brazos abiertos, y esperaba que aportara su granito de arena. Aunque la realidad es que ha sido un rotundo fracaso, pues ha decepcionado a todos con sus pésimas actuaciones. Lógico que su cesión no vaya a prolongarse.

A día de hoy, y a falta de media temporada por disputarse, en Londres no tienen intención de retener al internacional galés. Ha seguido teniendo problemas con las lesiones, y su nivel tampoco es que haya sido motivo de alegría. Apenas acumula 598 minutos divididos en 11 encuentros, la gran mayoría de ellos en la Europa League, y cuenta con tres dianas en su haber. No es motivo de celebración en absoluto por un jugador que le sigue costando 10 ‘kilos’ al año a Florentino Pérez.

Porque en el acuerdo con los ingleses pactaron que cada uno pagaría la mitad de su sueldo. Bale, de este modo, apunta a regresar al Santiago Bernabéu, a no ser que su situación cambie y mejore de manera radical. Una pesadilla para todos, pues todavía tiene firmado hasta 2022, y como confirmó su agente, Jonathan Barnett, no tienen la intención de perdonar ni un solo euro. Es decir, que supondrá un gasto de 40 millones de euros brutos al club.

En el Madrid confían en que alguien se interese en el canterano de Southampton, pero hay muy pocas posibilidades. Y el que está desesperado es ‘Zizou’, al que no puede ni ver.

Seguirá siendo una lacra.