Mourinho le gana el primer partido a Guardiola: Koulibaly en Enero es suyo

Ni 72 horas ha tardado José Mourinho en importunar a Pep Guardiola tras la llegada del portugués al club londinense. Que ambos son polos opuestos y ven el fútbol y casi se podría decir que la vida, de modo diametralmente opuesta es un hecho. Que ninguno de los dos guarda buen recuerdo de la época en la que ambos coincidieron como entrenadores en la liga española también es muy cierto. Y que Guardiola tenía la seguiridad de que una Premier sin Mou era un lugar más plácido no tiene nadie ninguna duda.

Si hay algo que caracteriza a Mourinho es la habilidad que este tiene para crearse una marca propia, una identidad con la que muchos se identifican rápidamente, y de esos fans que empatizan a la perfección con Mourinho sobresalen sus máximos defensores, los acerrimos mouriñistas, esos que no dudaran en justificar y defender cada acción de su amo y señor cueste lo que cueste y caiga quien caiga. 

Pues esos siervos están de enhorabuena porque Mou ha vuelto. En un primer momento en una versión más suave, más light, más familiar que pasará a ser mucho más fiera y venenosa en cuanto las cosas se pongan feas. Para que eso no ocurra el portugués ya se ha puesto las pilas y ha llevado a un cuerpo técnico renovado con respecto al que le ayudó en su segunda etapa en el Chelsea y su decepcionante paso por Manchester. Y una de esas peticiones es el central del Nápoles Koulibaly, a quien el Tottenham ficharía en enero adelantándose al archienemigo de Mou, Pep Guardiola, lo que le daría el primer partido ganado antes de enfrentarse entre ellos porque Pep está buscando como loco un central que le aporte al Manchester City la solided defensiva de la que carece y ser de una vez por todas competitivo en la Champions League en rondas finales, donde en los últimos años están flaqueando sus equipos.