Guardiola se lo roba a Barça y Madrid con un contrato récord
El técnico está pendiente de unos flecos
Cuando se confirmó la marcha de Leroy Sané al Bayern de Múnich, muy al estilo de Hakimi Achraf al Inter de Milan y con el Real Madrid como elemento vendedor, se esperaba una reacción de los skyblues que les asegurara, al menos, el tanteo por algún futbolista muniqués, quizá incluso un traspaso, a modo de intercambio puro y duro. En este sentido, la sorpresa negativa ha sido el Madrid, que no ha reaccionado con una contrapetición al cuadro nerazzurro; no así el equipo del Etihad, que sí se va a beneficiar de la situación. Pues bien, no es exactamente la fórmula del intercambio la que han usado alemanes e ingleses pero casi, y con un anhelo de Barça y Real Madrid por medio.
Y es que si la banda izquierda germana queda a buen recaudo con Alphonso Davies de carrilero y Leroy Sané de extremo, ahora varias piezas de la actual plantilla del Bayern tienen pie y medio fuera del protagonismo diario en el cinco veces vencedor de la Champions League. De ahí que más de uno haya decidido poner fin a su exitosa etapa en el actual campeón de la Bundesliga. Y el más importante de todos ellos es posiblemente David Alaba.
El jugador austríaco sabía que el fichaje del joven futbolista citizen y la irrupción del canadiense le ponían las cosas muy complicadas, al menos en la parcela de la que ha sido dueño y señor durante los últimos años en el Bayern, la banda izquierda; de modo que, ante el interés de Pep Guardiola en su figura, ha pedido al club alemán que negocie con la entidad británica, que se asegura un jugador de mucho peso a través de un contrato récord, pese a que aún están por desvelarse los argumentos económicos.
Cierto es que Alaba venía actuando en los últimos partidos del Bayern como central, posición que ha desempeñado con un notable alto, pero Alaba no quiere ser tal cosa; su vocación ofensiva le hace un animal de empuje, que medra junto a la línea de cal y gusta del desborde, midiéndose a rivales. No estaba dispuesto a renunciar a su perfil bueno y ha decidido, ante las dudas del Real Madrid y el Barça, que tenían el anhelo de ficharle, acceder a la petición del míster de Sampedor y vestirse de celeste. Fichajazo.