Guardiola da la espalda al futbolista de récord: pierde la paciencia y Haaland provoca el conflicto

El argentino apenas cuenta con oportunidades de calidad en el Manchester City

Hoy debería ser un día lleno de alegría y celebración dentro del Manchester City. El conjunto mancuniano se ha coronado por primera vez en su historia como campeón de la Liga de Campeones. Sin embargo, no todo son buenas noticias en el lado sky blue de Manchester, y es que una de sus estrellas de futuro pronto perderá la paciencia si no se empieza a sentir valorado como lo merece. Esa estrella no es otra que Julián Álvarez, la joya argentina que ha demostrado ser un jugador capaz de ser titular allá donde vaya.

Julián Álvarez ha brillado en una temporada que será histórica para él, ya que se ha convertido en el duodécimo futbolista en ganar el Mundial y la Liga de Campeones en una misma temporada. En este sentido, uno esperaría que el argentino fuera un jugador clave en sus equipos. Sin embargo, lejos de eso, es un jugador muy secundario en el City, donde Erling Haaland lo ha dejado completamente en la sombra, algo que seguro no le hace ninguna gracia.

La final de la Champions fue sintomática de la realidad que vive Julián en el City, pues no jugó ni un solo minuto en Estambul, viendo así el partido más importante del año desde el banquillo, una posición que ha ocupado demasiado habitualmente.

El argentino, pese a tener un valor de mercado de 50 millones de euros, apenas ha jugado 2.526 minutos a lo largo de esta temporada, donde ha sido capaz de marcar una cifra más que buena de 17 goles y de repartir 5 asistencias. Con estos datos, el argentino no ha hecho sino aprovechar cada minuto para convencer a Guardiola de que es un futbolista más que capaz de ser importante en el equipo, algo que no termina de pensar el técnico catalán, que nunca ha visto a Julián como una opción real para ser titular.

Así pues, la paciencia de Julián Álvarez podría estar llegando a su fin, especialmente tras su suplencia de 90 minutos en la final de la Liga de Campeones, un partido donde podría, como mínimo haber jugado en los últimos compases para dar velocidad y frescura arriba para los suyos, algo que acabó por no suceder.