Como Lamine Yamal y Endrick: 16 años y es el talento que firmaría el City para ser el nuevo Haaland

El delantero irlandés lo tiene toda cerrado para llegar al Etihad

Si hay algo que define esta nueva era en el fútbol, es la precocidad con la que las grandes estrellas son capaces de llegar a la cúspide del fútbol mundial. Buenos ejemplos de ello son Lamine Yamal o Endrick, que siendo adolescentes ya se han consagrado como dos de los mejores del planeta en su puesto. Un objetivo que también persigue Michael Noonan, que con apenas 16 años está muy cerca de ser el último gran refuerzo del Manchester City, que ve en el delantero irlandés a un crack de mucho futuro.

Según la información publicada por Fabrizio Romano, el prometedor delantero formado en el St Patricks es uno de los futbolistas que mejor valoran desde la academia del conjunto citizen, la cual hace años que trabaja para incorporar al irlandés a su centro de formación de jóvenes talentos, donde esperan ser capaces de formar al que sería el mejor heredero posible de Erling Haaland. Y es que, pese a su temprana edad, desde el Etihad ya ven a Noonan como uno de los grandes jugadores de la próxima década.

Lamine Yamal, Endrick… y ¿Noonan?

Si bien es cierto que el nombre de Michael Noonan todavía no ha ganado mucho reconocimiento fuera de Gran Bretaña, la realidad es que con el paso de las semanas el irlandés se ha ido ganando el derecho a ser considerado un futbolista de gran potencial. Además, lejos de ficharlo para lanzarlo ya al primer equipo, el plan del Manchester City no sería otro que el de comenzar a formar a Noonan en sus categorías inferiores para que con unos años más pueda llegar con garantías y la mejor preparación posible al primer equipo.

En este sentido, el irlandés estaría siguiendo la precocidad de talentos como Lamine Yamal o Endrick, que con 16 años comenzaron a dar sus primeros coletazos en Barça y Palmeiras, algo que con una edad similar haría el talento irlandés con el City.

Así pues, Pep Guardiola ya tiene definido el que puede acabar siendo, con tiempo, el mejor relevo posible de Erling Haaland, un Michael Noonan cuyo límite es el cielo.