Abramóvich y Tuchel ponen en jaque el fichaje de Simeone: el OK, cerca

El futbolista está a un paso de llegar al Chelsea y dejar de lado el interés rojiblanco

La más que probable salida de Antonio Rüdiger del Chelsea al finalizar la presente campaña ha provocado que tanto Román Abramóvich como Thomas Tuchel estén agitando la contienda europea en busca a de un jugador que pueda subsanar, en la medida de lo posible, la espantada del alemán en 2022. Es cierto que las prestaciones del actual futbolista de Chelsea están siendo sumamente destacables y al club no le resultará fácil paliar su baja, pero hay un candidato perfecto en Europa que tiene muchas papeletas para tomar el testigo del futbolista berlinés el próximo verano: Attila Szalai.

Y es que este movimiento supondría un doble golpe en Europa ya que, aparte de que los Blues incorporarían un central de presente con mucha proyección de futuro, arrebatarían al Atlético de Madrid una de los jugadores que estuvo tanteando Diego Pablo Simeone durante el último mercado veraniego para reforzar la defensa colchonera.

Eso sí, aunque el técnico argentino no ha descuidado la opción de lanzar una oferta por el jugador conforme finalice la campaña, e incluso en el próximo mercado de fichajes invernal, la intromisión de Abramóvich en la puja podría decantar la balanza a favor del conjunto inglés dada la necesidad del Chelsea de paliar la baja de Rüdiger y, sobre todo, debido al potencial con el que cuenta el magnate ruso para hundir la ilusión atlética.

En lo que concierne al futbolista, el joven central húngaro de 23 años llegó al conjunto turco en el último mercado de fichajes invernal y de nuevo en enero podría cambiar de aires, aunque esta vez para dar un salto de calidad mucho mayor en su carrera, si nada cambia, rumbo a la Premier League.

A pesar de su juventud, Szalai viene mostrando una jerarquía sobre el terreno de juego impropia de su edad y un liderazgo en la zaga que dejan entrever una evolución magnífica próximamente, todo ello reforzado por su poderío aéreo, por su gran pericia para desbaratar ataques rivales y, sobre todo, por su gran criterio para sacar el balón jugado, unas dotes que fijan su precio de salida en 25 millones.