El adiós de Beckenbauer rompe el fútbol de Maradona y Pelé: Cristiano y Messi, a la desesperada

Los cinco grandes se han ido, resta saber quién tomará el testigo

No solo son jugadores, son banderas de una o dos generaciones, de la eternidad, y así como Zidane, Ronaldo Nazário y Ronaldinho fueron los grandes exponentes de su tiempo, antes de la era Leo Messi-Cristiano Ronaldo, Franz Beckenbauer, cuya muerte deja huérfano este deporte, era ese jugador diferencial que marcó un período glorioso en el deporte de la pelota. Como contemporáneo de Johan Cruyff, otro de los llamados grandes del pasado, cambió el fútbol, lo mismo que hicieron en su día Di Stéfano, Pelé o Maradona. Y ahora se buscan testigos, una búsqueda nada sencilla.

Unanimidad

Los pioneros merecen un puesto de honor en los altares y Beckenbauer lo fue, era un adelantado a su tiempo capaz de hacer casi cualquier cosa en un campo de fútbol, y como le sucede a los grandes del balompié le distinguía una cosa por encima de todas, amén de su efectividad y eficiencia: su elegancia. Para los más pragmáticos, aunque no sea baremo de casi nada, ahí está una acreditación única para un central: ganó dos balones de oro.

Está claro que no es ni justo ni preciso encumbrar a unos por encima de otros, ni comparar épocas, cosa que no haremos, pero lo que es seguro que Beckenbauer, como Cruyff, Di Stéfano, Pelé y Maradona han de estar en todos los onces históricos. Y eso es casi unánime. Estos adelantados cambiaron para siempre el fútbol y sin su huella no habríamos llegado a lo que hoy conocemos, es más, seguramente ni ídolos más modernos como Zinedine Zidane o aún vigentes como Leo Messi habrían existido.

Rivalidad para encumbrarse

Por eso la marcha de Beckenbauer cierra una época de ensueño, una que fraguó su leyenda desde otra rivalidad para recordar, la que mantuvo con el neerlandés y su Naranja Mecánica. El gran eco de todo aquello es en tiempos actuales -aunque llegando a su fin- el cara a cara entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, pero, ¿qué quedará después de ello? El fútbol tendrá que reinventarse y no será fácil, de ahí el mérito de esos grandes como Beckenbauer. Larga vida a Der Kaiser.