Y de pronto, el contrato de Kylian Mbappé arde: con esto, ni PSG, Al-Khelaïfi y Lucho pueden ganar

La estrella del Paris Saint-Germain, con una enorme inversión detrás, ya es el líder indiscutible del equipo, ahora bien, ¿y los éxitos?

Por primera vez desde que llegó al Paris Saint-Germain en 2018, Kylian Mbappé es la gran cabeza visible del proyecto en el Parque de los Príncipes y lo es siendo el mejor pagado, de lejos, la estrella del equipo y el candidato a llevarse los títulos individuales que abran los colectivos, si los hay. Tras figuras como Leo Messi o Neymar Júnior, el 10 de les bleus ha obtenido lo que buscaba y eso, en el fondo, supone más presión para un equipo, el de Luis Enrique, que, aun siendo bueno, no parte como favorito en la Champions League; no al menos al nivel de Manchester City, Bayern de Múnich e incluso Real Madrid.

Y decimos que es un riesgo porque la situación y el contrato del galo, que expira en junio de 2024 y que por ahora no ha sufrido cambios (ni parece que vaya haberlos en un corto espacio de tiempo), pende de lo que siempre ha exigido el jugador: ser el líder y tener un equipo ganador. Esta temporada el de Bondy tiene sendas cosas. Nadie puede discutirle el liderato del equipo, pero, a la vez, pocas voces pueden dudar de la calidad de plantilla que han configurado Al-Khelaïfi, Lucho y Luís Campos. Y con este pretexto, los éxitos y los fracasos, ahora sí, van a decidir el futuro del astro parisino.

Hablando claro: en el PSG este límite entre el éxito y el fracaso, esta línea divisoria, es extremo y se ciñe a la obligación liguera y a la Champions League, donde solo se promociona ganarla o llegar a la final. Si no se consiguen las dos cosas en sendas competiciones ya el mismo Luis Enrique lo tendrá complicado para continuar; ahí están los precedentes. Pero es que Mbappé, que ya es el líder y estrella del equipo -y este tiene un bloque de jugadores de enorme calidad-, si no consigue los éxitos se convencerá que ha de buscarlos en otra parte. Es un ahora o nunca.

Al francés le obsesiona su rendimiento individual y en él, sobre todo en los premios, mandan los éxitos colectivos. Sabe Mbappé que, aunque marque 40 goles por temporada o más, no ganará ni el Balón de Oro ni estará entre los tres mejores de Europa sin títulos para el PSG. Y esta temporada ya no hay excusa en ninguno de los tres frentes que marcan su futuro: es el líder, tiene un gran equipo y carece de contrato más allá de junio de 2024. Para entonces, si algo falla, dará un portazo (mediático) y se irá en el siguiente mercado estival. Así de simple.