Simeone y Pochettino cruzan intereses: Al-Khelaifi, la baza millonaria
El jugador es uno de los mejores del mundo en su posición y vale un pastizal
La lucha por la Champions League está provocando que cada vez se realicen más desembolsos en el mercado europeo para tratar de confeccionar plantillas que puedan competir con el resto de colosos del continente. En este sentido, el PSG viene acostumbrando en las últimas campañas a tirar la casa por la ventana en cada periodo de fichajes y ahora, sin tiempo que perder, Nasser Al-Khelaifi ha fijado otro objetivo en el mercado: Nicolò Barella, actual futbolista del Inter de Milán.
No obstante, aunque el interés del conjunto parisino en el italiano es sumamente alto dados los problemas manifestados hasta el momento en la parcela creativa, BeSoccer ha filtrado el deseo que tiene Diego Pablo Simeone de cerrar la incorporación del crack el próximo verano para reforzar el equipo y poder disfrutar de un efectivo más de primer nivel en la lucha por los objetivos, especialmente por la orejona.
Barella es uno de esos jugadores que reúne un sinfín de cualidades tanto defensivas como ofensivas y eso, sumado a su polivalencia, le convierten en uno de los futbolistas más aclamados de Europa. El nerazzurro, ahora con 24 años, tiene contrato con el conjunto milanés hasta 2024 y de ahí que el precio de su fichaje pueda ser una traba para el Atlético. Es por eso que Al-Khelaifi, quien ha dejado constancia en los últimos meses de que el dinero no es un problema para él, podría decantar la balanza el próximo verano depositando los 65 millones que convencerían al actual campeón de la Serie A.
Es más, el PSG también cuenta con la posibilidad de incluir en la operación a Georginio Wijnaldum, centrocampista que llegó hace solamente unos meses al Parque de los Príncipes, pero que apenas está entrando en los planes de Pochettino. El propio futbolista neerlandés ya ha mostrado abiertamente su malestar por los pocos minutos jugados, pero no parece que la postura del técnico argentino vaya a cambiar en los meses que restan de campaña, por lo que el Inter de Milán tendrá que decidir si acepta esta posibilidad o prefiere refrescar sus arcas con esos 65 'kilos' que, sobre el papel, servirían para dar el OK a la operación.