Neymar y Pochettino se lo roban a James Rodríguez por una millonada

El Paris Saint-Germain quiere al jugador del Everton

La ascensión de Moise Kean en la Serie A, en el Hellas Verona, fue proporcionalmente tan meteórica como su estrepitosa caída en Turín, en la Vecchia Signora, de donde salió con el rabo entre las piernas rumbo a la Premier League. Y allí, en Liverpool, en el Everton de Carlo Ancelotti, cuando parecía que iba a ser otro caso Mario Balotelli el joven jugador toffe revertió la situación: dio el salto a otro gigante, el Paris Saint-Germain, donde está haciendo una campaña tan brillante que se ha ganado un puesto de futuro en la entidad.

Ahora bien, eso tendrá que ser a costa de un cuadro Toffe que desee ceder a las pretensiones del campeón de la Ligue 1, ya que el delantero se encuentra en calidad de cedido en el PSG y, por tanto, sigue perteneciendo a la disciplina inglesa. Pero Nasser Al Khelaifi, Leonardo (director deportivo en el Parque de los Príncipes) y Mauricio Pochettino tienen claro que el futbolista nacido en Vercelli tiene por delante un futuro brillante en la capital de Francia.

De ahí que ya hayan empezado las negociaciones entre la entidad de Liverpool, donde juega el ex madridista James Rodríguez, y el club galo, donde Neymar Júnior es su máxima estrella. Y el acuerdo podría concretarse en las próximas fechas, ya que el PSG -ante un hipotético verano movido con el lío de la renovación de Kylian Mbappé o la posibilidad de firmar a Leo Messi- quiere cerrar cuanto antes al que creen que puede ser su nueve puro del futuro.

Y este estatus e interés del transatlántico francés se lo ha ganado el joven futbolista italiano de 20 años sobre el terreno de juego, donde está ofreciendo un fantástico rendimiento (12 goles en 21 partidos), supliendo a la perfección la caída en desgracia de Mauro Icardi, que se lesionó en su rodilla y luego volvió a hacerlo en su abductor, perdiéndose hasta la fecha la mayor parte del curso. Pues bien, los británicos quieren por Kean una cifra nunca inferior a los 30 kilos, una cantidad a la que sí está dispuesto a llegar el cuadro francés; luego, el acuerdo parece cosa de tiempo.