Gavi y Busquets triunfaron con él y Al-Khelaïfi se frota las manos: la bomba del verano en París
El futuro de Luis Enrique apunta al conjunto galo
La debacle sufrida por la selección española en el Mundial de Qatar provocó, como gran consecuencia, la destitución de Luis Enrique. La imagen que dio el equipo en el torneo dejó bastante que desear a pesar de comenzar el mismo endosando una goleada histórica a Costa Rica y, tras tener a su disposición futbolistas como Gavi, Sergio Busquets o Pedri, quienes se convirtieron en la base de su proyecto en La Roja, el asturiano podría volver a ponerse al mando de otro gran elenco de estrellas, pero con su llegada del PSG.
Sí, porque a pesar de que Luis Enrique ha reiterado en diversas ocasiones su deseo de dirigir a algún club de la Premier League, tanto el Chelsea como el Tottenham Hotspur tienen otras prioridades: los blues han cerrado hace escasos días atrás la contratación de Mauricio Pochettino y los Spurs tienen tres opciones para dirigir la plantilla, Marco Silva, Ange Postecoglou y Julian Nagelsmann, entre las que no figura el entrenador español.
Es cierto que el Nápoles también ha sonado como destino potencial de Luis Enrique ya que el conjunto italiano, a pesar de haber ganado la Serie A tras muchos años sin conseguirlo, ha presenciado la fuga de Luciano Spalleti, quien no ha aceptado la oferta de renovación presentada por Aurelio de Laurentiis para seguir dirigiendo al cuadro del Diego Maradona.
Eso sí, esta tentativa resulta mucho menos atractiva para Luis Enrique que la posibilidad de dirigir a jugadores como Kylian Mbappé, Neymar JR o Marco Verratti y, ya confirmada la salida de Christophe Galtier del club, parece ser cuestión de tiempo que Nasser Al-Khelaïfi anuncie la que será la bomba del verano en los banquillos, o lo que es lo mismo, la llegada de Luis Enrique al Parque de los Príncipes.
Cabe mencionar, como última clave diferencial, el factor económico. Spalleti no ha renovado en Nápoles por no considerar justa la propuesta del club tras ganar el Scudetto y Luis Enrique, en París, sabe que se embolsará una cantidad mucho más llamativa: rondará los 12 millones netos por curso.