En el PSG, ni Luis Enrique da crédito: tras el ‘no’ de Kvaratskhelia, el bombazo de 120M se complica
Las negociaciones entre parisino e italianos se han estancado
Pese a que parecía que, con la salida de Kylian Mbappé, el PSG iba a arrasar el mercado para hacerse con uno o varios recambios de primer nivel para el francés, la realidad ha sido que, lejos de convertirse en el rey de este mercado, el conjunto de Luis Enrique se ha quedado, por ahora, con una mano delante y otra detrás. Y es que, con el fichaje de Victor Osimhen, cada vez más complicado, se le comienzan a acabar las opciones a Nasser Al-Khelaïfi.
Según la información que llega desde Italia y Francia, las negociaciones entre PSG y Nápoles no están siguiendo el camino que esperaban en París; donde daban por hecho el fichaje de un Osimhen que, pese a tener los días contados en el Maradona, no acaba de recibir la luz verde para hacer las maletas y cambiar el sur de Italia por la capital francesa. Todo provocado porque las ofertas realizadas por parte del PSG no acaban de convencer a Di Laurentiis, que busca una cifra, como mínimo, similar a los 120 millones que marca la cláusula de rescisión del nigeriano.
Tras cuatro fracasos, Osimhen, es la última oportunidad top
Si hace unos meses hablábamos de la gran cantidad de opciones que tenía Luis Enrique para paliar la baja de Mbappé, con nombres estelares del calibre de Marcus Rashford, Rafael Leao, Khvicha Kvaratskhelia y el mismo Victor Osimhen, la realidad es que en estos momentos, solamente el nueve del Nápoles sigue con opciones de llegar al Parque de los Príncipes, pues, todos los demás ya han dado por hecha su continuidad en sus respectivos equipos.
Voracidad goleadora como medicina post Mbappé
La realidad es que el fichaje de Osimhen no es para nada una operación de poco nivel. El nigeriano es todo un goleador estrella y uno de los mejores de Europa a la hora de sumar goles. Y es que, pese a venir de un año mediocre, la realidad es que solamente Haaland y Kane, se pueden comparar al nivel del nigeriano, que, en buen estado de forma y con confianza, puede ser toda una máquina de sumar goles. En especial si a su lado cuenta con balas como lo son Barcola o Dembélé.