Depay no llegará: estas son las dos alternativas que estudia el Barça

El Olympique de Lyon confirma que se queda

El presidente del Olympique de Lyon, Jean-Michel Aulas, confirmó que Memphis Depay no se moverá. Un serio varapalo para el Barça, pues muchos ya daban por hecha su llegada, y le ponían fecha, dorsal y precio. Josep María Bartomeu le dijo que no había dinero para abordar la operación, y, por lo tanto, Ronald Koeman se quedará sin uno de sus objetivos prioritarios, y una de sus primeras peticiones nada más aterrizar en el club.

Ahora, tendrá que buscar otras alternativas, pues el internacional holandés estaba programado para ser el delantero centro titular. Y ya tiene dos en mente. La primera es seguir con lo que había hasta ahora, y dar la redención a Luis Suárez, con el que no cuenta. Así se lo dijo el primer día, y su discurso no ha cambiado, a pesar de que Leo Messi presione para que le dé un año de prórroga. Y así se pudo ver en el último amistoso, ante el Gimnástic de Tarragona.

El internacional uruguayo fue uno de los descartes, y ni siquiera entró en la convocatoria, junto a Arturo Vidal, que ya lo tiene hecho con el Inter de Milán de Antonio Conte. Ahora, se le han abierto las puertas al ‘9’ para seguir en el Camp Nou, algo que ya se veía venir y se olía. No en vano, por eso rechazó a la Juventus de Turín de Cristiano Ronaldo, con la que ya tenía un acuerdo completamente cerrado, y les dejó plantados.

La otra opción que tiene Koeman es la de Antoine Griezmann, al que quería hacer jugar en la mediapunta, o en la banda derecha. Porque allí es donde se siente más cómodo, y quería ponerle al lado del astro argentino, dejando la banda izquierda para Anssumane Fati, que se ha ganado la titularidad. Pero tendrá que apostar por el internacional galo como ariete, donde no acaba de adaptarse, pues necesita más libertad de movimientos para brillar.

Pero no le queda otra. De esta manera, dejaría hueco para Ousmane Dembélé, Philippe Coutinho, Pedri González y Francisco Trincao en su puesto.

Y tampoco hay que olvidarse de Martin Braithwaite.