Iba para competencia de Benzema y arruinó al Real Madrid: Arabia Saudí, tan harta como Florentino

El jugador, que ha rechazado numerosas ofertas, ya no está en la agenda de clubs punteros

Uno de los más grandes fracasos que ha tenido el Real Madrid en los últimos tiempos, certificado por voces relacionadas con el club, ha sido el de tratar de sustituir al más grande goleador que ha dado la entidad en sus 121 años de historia con un jugador de una magnitud infinitamente menor que encima se enquistó en el club hasta lo indecible. Lo cierto es que jamás fue competencia de Karim Benzema, sino una ruina para el club merengue y ahora va quedándose sin salidas.

Aislado del fútbol de élite, dicen fuentes cercanas al jugador que Mariano Díaz ha rechazado varias propuestas de Arabia Saudí por no llegar a sus pretensiones económicas, que estarían rondando los 6 millones de euros limpios por temporada, una cantidad que, lógicamente, nadie le va a ofrecer en Europa. Eso sí, estas mismas fuentes aseguran que las propuestas de la liga emergente llegan de equipos secundarios, no de los que más dinero se están gastando en el mercado de fichajes actual.

Igual que en la casa blanca

Y esta historia ya le suena al Real Madrid, que por fin se pudo deshacer del delantero tras cinco temporadas absolutamente infructuosas. Nunca contó, ni para Zinedine Zidane, ni para Carlo Ancelotti y, además, pese a que tuvo opciones de salir en cada una de las temporadas en las que ningún entrenador lo quiso, siempre denegó tal posibilidad en virtud de acogerse a un jugoso contrato, que fue el mayor error de la entidad con el futbolista.

Tras una buena temporada en el Olympique de Lyon, la 2017-18, Mariano firmó por cinco temporadas por el Real Madrid cuando este necesitó el gol, que no llegó, una vez CR7 se fue del club. Y Mariano fue un fiasco de enormes proporciones. En cinco temporadas marcó 12 goles en 84 partidos disputados, donde solo anotó 7 en 60 choques en LaLiga. En la actualidad, como decimos, equipos de segundo orden no quieren llegar a las pretensiones económicas, altísimas, que desea el jugador y que tantas puertas le han cerrado. A sus 30 años, solo ese destino puede darle lo que él pide, pero, ¿se lo ha ganado?