El descarte de Luis Enrique humilla a CR7 y le desacredita ante Messi y Miami: su realidad es dura

El Al Nassr cae estrepitosamente frente al Celta de Vigo (5-0) en medio de unas polémicas declaraciones del luso

La ambición de Cristiano Ronaldo le ha llevado a ser un enorme jugador y mejor goleador, un futbolista de época que quizá empezó a equivocarse en su carrera dejando el paraguas del Real Madrid; a los números nos remitimos. Pero hay otro CR7, el que se pone ante los micrófonos y a veces se pasa de frenada. Le pasó atendiendo a los medios tras caer humillado 5-0 ante el Celta de Vigo, equipo de Iago Aspas, otrora dolor de cabeza de Luis Enrique en España y cuyo conjunto salvó la categoría a última hora en la campaña 22/23 en LaLiga, y de paso atacando el destino de Leo Messi y la liga de Estados Unidos, la MLS.

Sin sentido

Al ser preguntado sobre la posibilidad de regresar a la élite del fútbol desde su retiro de oro en Arabia Saudí, CR7 dijo que “regresar a Europa para mí es una posibilidad cerrada”, decía, argumentando que “Europa perdió mucha calidad. La única (liga) que es mejor es la Premier League, la liga española perdió nivel, la portuguesa no es 'top', la alemana también perdió mucha calidad”, comentaba. Por último, al ser preguntado por EEUU, destino de Messi, explicó que “no, el campeonato saudí es mucho mejor que el de Estados Unidos”. Al margen de que esto último pueda ser verdad o no, el resto parece un arrebato indefendible.

Lo cierto es que su puesta de largo en la liga árabe viene dada por su edad y su paso atrás a todos los niveles, ningún equipo le hizo oferta alguna para quedarse en Europa: nadie le consideraba ya un jugador decisivo en la élite y menos por sus pretensiones económicas; todo ello por no hablar del esperpento de su rajada contra Ten Hag y el United. Esa es la realidad. Y como Messi, tal y como argumentó el argentino, yéndose del viejo continente se echa a un lado del fútbol de élite, como por otro lado demostró el repaso del conjunto español al saudí.

Económicamente

Al margen de pinceladas de calidad que supone fichar a jugadores de la élite, como Benzema (cumplirá 35 años esta temporada), Kanté (32), Firmino (cumplirá 32 en octubre) o talentos todavía vigentes, como Sergej Milinković-Savić o Ruben Neves, dos buenos jugadores, pero ni mucho menos estrellas, lo cierto es que Arabia Saudí tiene un largo camino por delante para poder construir equipos competitivos al nivel táctico, físico y técnico de Europa. Larguísimo, diríamos. El exceso de orgullo ha vuelto a jugar una mala pasada al portugués y Iago Aspas y compañía se lo han hecho pagar.