¡Vaya bronca! ¡Gerard Piqué y Josep Maria Bartomeu se dicen de todo!

El Barça es un polvorín y vuelan los reproches entre jugadores y directiva

Si ayer hablábamos del interés del presidente del Barça por conseguir atenuar el poder de influencia de Gerard Piqué, Leo Messi y Luis Suárez sobre el vestuario culé y la afición blaugrana, hoy esa confirmación ha aumentado el desequilibrio entre varias de las partes. Una, la de los jugadores, con este triunvirato a la cabeza; la otra, la de la directiva por tratar de menguar la capacidad de los tres futbolistas.

Josep Maria Bartomeu, que está sumamente molesto por el dardo en forma de declaraciones bien diseñadas e intencionadas de Gerard Piqué en el que se criticaba duramente la planificación del equipo, ha llamado a filas al central para dejarle claro quién manda en el Barcelona, y que, a juicio de Bartomeu, no es precisamente el marido de Shakira. El presidente quiere dar un ultimátum a Gerard y aclarar que cualquier causa abierta o discrepancia que tenga con respecto a la gestión del club se solucione de puertas adentro.

Por su parte Gerard, que se cree capaz de obrar con total libertad, ha hecho de altavoz del sentir de gran parte de la plantilla (incluido Ernesto Valverde) echando balones fuera por el mal rendimiento del equipo y lanzándole la pelota a los gestores. A juicio del defensa, la no llegada de Neymar es solo culpa de Bartomeu, al igual que el diseño de la pretemporada y los líos internos que ha montado con Ousmane Dembelé e Ivan Rakitic.

Para los jugadores, se hizo mal todo. Antoine Griezmann, con Neymar, hubiese sido innecesario y, en opinión de los pesos pesados el brasileño, por sus características, era la mejor opción para potenciar el desequilibrio del tridente de ataque. La otra crítica viene dada, en boca de los jugadores, por la deficitaria gestión del intento fallido por Ney, en el que no solo no se consiguió traer al 10 de la canarinha sino que se dañó la autoestima de El Mosquito y el croata, quedando ambos muy tocados de cara a afrontar con confianza la temporada.  

 

Se van a ver las caras el máximo dirigente y Piqué, pero Gerard no va a recular. Se avecina lío y de complicada solución.