Tras Coutinho y Griezmann, otro fatídico fichaje de Bartomeu: fallo garrafal en 2020

El defensa de 22 años únicamente ha disputado 670 minutos en Milán, club en el que se encuentra cedido

Las infructuosas decisiones de José María Bartomeu en lo que a tirar la casa por la ventana para cerrar fichajes como los de Philippe Coutinho o Antoine Griezmann continúa sangrando hoy el mandato de Joan Laporta ya que, fruto de dichas inversiones y de su bajo rendimiento con la elástica culé, la entidad blaugrana se encuentra inmersa en una crisis económica sin precedentes en la historia del club.

Que Coutinho y Griezmann son dos de los culpables indirectos de esta crisis culé es algo que no resulta novedoso, pero al brasileño y al francés se suma esta temporada otro futbolista que, a pesar de llegar al Camp Nou por un precio mucho menor, 21 millones, se ha convertido en toda una decepción para el barcelonismo: Sergiño Dest.

Dado que el FC Barcelona ha tenido sumas dificultades para dar con un lateral derecho de garantías desde que el mejor Alves pusiera tierra de por medio con la Ciudad Condal, Bartomeu decidió cerrar la incorporación de Dest con vistas a que el estadounidense se convirtiera en ese relevo generacional del brasileño. No obstante, en ningún momento sus prestaciones han sido lo suficientemente convincentes como para asentarse en el esquema titular blaugrana y por ello Xavi Hernández pidió a la directiva, ya encabezada por Joan Laporta y Mateu Alemany, buscar un nuevo destino para el lateral en el que sí pudiera gozar de minutos para regresar al club español con más opciones de hacerse con un hueco importante.

De este modo Dest fue a parar al AC Milan en calidad de cedido, pero ni mucho menos el plan de Xavi está surtiendo el efecto esperado ya que, lejos de disfrutar del peso que se presumía escaso en Can Barça, el defensa de origen neerlandés está siendo prácticamente invisible en los planes de Stefano Pioli, como bien avala la ínfima cifra de minutos disputados hasta la fecha, 670.

A colación de esto, el desenlace de esta cesión es tan evidente como mortificador para los intereses del FC Barcelona: sin hueco en la plantilla dirigida por Xavi, el club deberá acceder a deshacerse del jugador por una cifra irrisoria ya que el AC Milan no ejecutará la opción de compra presente en el acuerdo cerrado el verano pasado.