¡Traición a Marcelo! Pillan al crack del Real Madrid llorando

Sus compañeros lo vieron en el vestuario

Marcelo Vieira está condenado a dejar el Real Madrid este verano. Pese a que su idea era retirarse vestido de blanco, es un sueño que no podrá cumplir, después de que Florentino Pérez le haya comunicado que no entra en sus planes de cara al próximo curso. Lo mejor será que haga las maletas, y se marche a otra escuadra en la que sí pueda tener minutos. Mucha paciencia han tenido con él, y muchos esperaban que se fuera antes.

Concretamente, cuando perdió su condición como titular. Zinedine Zidane le ha seguido dando minutos y oportunidades, muchos creen que de forma injusta, pero ha llegado a un momento en el que no se le puede seguir defendiendo. Su declive es claro e innegable, y a sus 32 años, lo mejor que puede hacer es irse a otro club. El caso es que casi nadie ha preguntado por su disponibilidad, pues no tienen interés en un futbolista con un salario tan elevado.

Su único pretendiente parecía ser la Juventus de Turín de Cristiano Ronaldo, pero, ante la más que probable salida del luso, los italianos no querrían saber nada del ‘12’. El internacional brasileño, eso si, había mantenido varias conversaciones con David Beckham, para marcharse al Inter de Miami, la franquicia que tiene el que fuera jugador del Manchester United, Los Ángeles Galaxy, el Paris Saint-Germain, o el propio Madrid.

La posibilidad de colgar las botas en la Major League Soccer, en un destino tan atractivo, le hacía soñar despierto. Pero Marcelo ha sido traicionado, después de que el inglés haya preferido reforzar su proyecto con un compatriota, antes que con el ex de Fluminense. Y es que, en el día de ayer, anunció el fichaje de Kieran Gibbs, que se unirá a la disciplina del club americano cuando finalice su compromiso con el West Bromwich Albion, en junio.

El ex del Arsenal juega como lateral zurdo, y dejará sin sitio a un crack que, hasta hace no mucho, era el mejor del planeta en su puesto, y que cuenta con cuatro Champions League en su palmarés.

Lógico que esté hundido, y con lágrimas en los ojos.