¡Top Secret! Traiciona a Griezmann y fuerza para ¡fichar por el Madrid!

'El Principito', compañero en 'Les Blues', no se lo puede creer y teme que se vista de blanco

El dinero domina el fútbol moderno por encima de todas las cosas. Con las arcas limpias y, mejor aún, llenas, se pueden hacer fichajes, reformar estadios y crear plantillas compensadas, mientras que sin ellas los problemas, cuando llegan, tienen complicada solución en un ambiente de máxima competencia tanto en el terreno del juego como en los despachos. Por eso es crucial (también por lo deportivo) que los distintos equipos que disputan competición continental avancen en ella.

Y en esta vorágine en la que las desigualdades son cada vez mayores, los grandes salen generalmente ganado. Para ellos son los focos de los mejores jugadores y contratos del mundo, y en esos equipos, que siempre están entre las butacas preferenciales de los derechos televisivos y en los papeles protagonistas de las grandes competiciones mundiales, quieren recalar las estrellas emergentes. Por eso es indivisible, a veces, la parte económica de la sentimental.

Y esa es la razón de que Neymar soñara de pequeño con jugar en el Barça (también es la meta del FC Barcelona) y Hazard en el Madrid. Hay otros jóvenes talentos que mantienen sus sueños ocultos para el día en que se den las circunstancias propicias que los hagan realidad. Entre ellos destaca el supuesto anhelo del jugador más importante del mundo (al menos en lo económico): Kylian Mabppé, del que Zinedine Zidane sí habla, revelando que es su club, el Real Madrid, el objetivo de la infancia del punta del PSG.

Y no es el único francés que lo tiene. El mismo Zizou dijo que lo tuvo, también Antoine Griezmann en su día. Y también vestir de blanco es el sueño del otro referente, este en la medular, que quiere El Principito en el Barça: Ngolo Kanté. El mediocampista está en una lucha con su club, el Chelsea, para que le deje salir rumbo a la capital de España y ni el mismo Griezmann ni su compañero Ousmane Dembelé han sido capaces de disuadirle. Eso sí, hay un problema para que se cumpla: el Madrid nunca va a pagar los 100 millones de euros que piden los londinenses por él.

Y como el dinero manda, del dicho al hecho hay un trecho.