Se va 'rajando' de Ronald Koeman: el jugador que no perdona al Barça

Se ha marchado especialmente dolido

Matheus Fernandes llegó al Barça con la ilusión de un niño, aún a sabiendas de lo complicado que iba a ser. Era más consciente que nadie de que tenía muy complicado asentarse, y que había muchos jugadores que soñaban con tener la oportunidad de la que iba a disponer, y que, para muchos, era inmerecida. Porque su fichaje fue otra obra con el sello de Josep María Bartomeu, y que muy pocos podían entender. A todas luces, carecía de sentido.

Ni era necesario, ni había hecho méritos suficientes para que pagaran los ocho millones de euros que costó su contratación. Era un completo desconocido para todo el público, y, la gran mayoría de la gente, ni se enteró de su aterrizaje. Porque ni siquiera tuvo un acto de presentación oficial, e inmediatamente después fue cedido al Real Valladolid. Allí, esperaban que ganara algo de experiencia en La Liga Santander… cosa que no fue posible.

No tuvo casi minutos, pero, a pesar de eso, le dieron un voto de confianza en el Camp Nou, también, debido a la escasez de ofertas. Y peleó por convencer a un Ronald Koeman que tan solo le hizo jugar en un choque en toda la temporada, en la fase de grupos de la Champions League. El resto de partidos, los tuvo que ver desde el banquillo, o, sobretodo, desde la grada, pues rara vez formaba parte de las convocatorias. Hasta que le rescindieron el contrato.

Joan Laporta tomó la decisión de darle la carta de libertad, y, según ha explicado el ex de Palmeiras, ni siquiera le llamaron de parte del club. Recibió un correo electrónico, en el que exponían que dejaba de pertenecer al Barça, y que era libre de negociar con otras entidades. Una cosa que no gustó nada al centrocampista nacido en 1998, que se podía esperar que le echaran, pero le hubiera gustado que fuera de otras maneras. Y ha señalado al holandés como el culpable de todo.

Ya dijo que tenía algo personal contra él, y que así se explica los pocos minutos de los que ha gozado.

Matheus está muy dolido.