Ronald Koeman tiene la pelea más fea que se recuerda en el Barça

Y Joan Laporta tiene mucho que ver

Ronald Koeman prometió rescatar la mejor versión de varios jugadores del Barça, que hacía tiempo que estaban faltos de confianza, y no respondían a las expectativas. Ese era el caso, por ejemplo, de Frenkie de Jong, al que ha convertido, nuevamente, en uno de los mejores del planeta en su posición, y en una de las estrellas del equipo. O también de un Sergio Busquets que venía siendo duramente criticado, y al que pedían fuera de los onces iniciales.

Pero, junto al ex del Ajax de Ámsterdam y Willem II, el futbolista de la plantilla al que más ha mejorado es a Ousmane Dembélé. Ha demostrado que solo necesitaba confianza y regularidad, pues, una vez que ha encontrado esto, el extremo de 23 años se ha encargado del resto. Hasta su pubalgia, lo venía jugando absolutamente todo, y siendo de lo más diferencial y determinante de todo el equipo. Pero algo ha ocurrido en las últimas semanas.

Y es que no solo ha perdido su condición de titular habitual, en manos de un Antoine Griezmann que viene jugando bastante bien, si no que, de igual manera, ya ni es la primera opción entrando desde el banquillo. Y, al parecer, todo tiene una explicación y una lógica, que se escapa de lo meramente deportivo. Porque respondería a una orden que ha transmitido Joan Laporta desde los despachos, pidiendo que ‘el Mosquito’ deje de aparecer en las alineaciones.

La razón es porque se ha negado, al menos por el momento, a renovar su contrato, que expira en 2022. No solo eso, si no que tampoco tiene la intención de irse este verano, pues tiene un acuerdo con la Juventus de Turín de Cristiano Ronaldo para aterrizar libre en ese momento. En el Camp Nou han sido claros y contundentes desde el primer momento: o firma la extensión de su vínculo, o su lugar estará entre la grada y el banquillo.

La intención es retener al ex del Borussia Dortmund y del Stade Rennais, pero, si decide irse, estudiarían las ofertas. Lo que el Barça quiere evitar, a toda costa, es perderle gratis.

No hay que olvidar que pagaron casi 150 millones de euros.