Ronald Koeman le dice a Joan Laporta quien es la ‘manzana podrida’

Cree que no hace ningún bien al Barça

Riqui Puig es el protegido de una buena parte de la afición del Barça, que no entiende porque no tiene más minutos. Siempre juega lo mismo: los últimos instantes del partido, los de la basura, y pocas veces se le da la oportunidad de ingresar al campo con tiempo suficiente para demostrar su talento. Existe la sensación de que no se le da el trato que al resto de la plantilla, pues no se le ha dado apenas confianza, y se le ha criticado muy rápido cuando no ha estado acertado.

Siempre que ha sido titular, ha dejado grandes detalles de su calidad y su visión de juego. Es cierto que físicamente está lejos de otras bestias como Ilaix Moriba, que le ha pasado claramente por delante, pero lo compensa con su talento y su capacidad asociativa. Él mejor que nadie entiende el sistema y el estilo azulgrana, y muchos le comparan con Andrés Iniesta, palabras mayores. Pero tiene un muro de cemento ante él, que se llama Ronald Koeman.

El técnico holandés siempre ha dejado bien claro que no cuenta con el internacional español sub 21, y desde el primer día se lo hizo saber. De hecho, no tuvo ningún problema a la hora de señalarle como un filtrador para la prensa, delante de todos sus compañeros. Le recomendó marcharse, mediante un préstamo, para coger experiencia en la élite, pero el de Matadepera se negó. Una cosa que no hizo ni pizca de gracia al entrenador neerlandés.

Por eso y por mucho más, le ha trasladado a Joan Laporta que Riqui es la ‘manzana podrida’ del vestuario. Y no es casualidad que, por mucho que la afición le quiera y le reclame, a la hora de la verdad ningún técnico haya contado con él. Ernesto Valverde se lo llevó para realizar la pretemporada, donde maravilló a todos, pero en competiciones oficiales casi ni le dio minutos. Quique Setién le dio más continuidad, pero tampoco demasiada.

Y por último, Koeman ha sido el encargado de ponerle la cruz definitiva en su etapa en el Barça.

Si Ronald sigue, como todo hace indicar, a Puig no le queda de otra que marcharse.