Ronald Koeman dice ‘no’ a este central en la agenda del Barça
Descarta por completo a un futurible
Unai Núñez sonaba para reforzar a varios de los mejores clubes del continente. Arsenal, Bayern de Múnich, Atlético de Madrid o incluso Real Madrid eran colocados tras los pasos de uno de los zagueros más prometedores e interesantes del panorama europeo. Porque muchos coincidían en señalar su personalidad, su fuerza física y su inteligencia como atributos clave. Además, tenían constancia de su situación en el Athletic Club de Bilbao, donde no era feliz.
Apenas contaba con minutos ni oportunidades, lo que le había llevado a plantearse muy seriamente su futuro. Y en su contrato estaba incluido una cláusula de rescisión de apenas 30 millones de euros, lo que le convertía en una ganga. El Barça también estaba al acecho por el internacional español, que tenía por delante a Íñigo Martínez y a Yeray Álvarez en el equipo rojiblanco, y que los sigue teniendo. No obstante, desde la llegada de Marcelino García Toral todo cambió.
El vasco empezó a entrar más en sus planes, y dispuso, y todavía sigue teniendo, más minutos y oportunidades con regularidad. No se puede decir que sea titular indiscutible, porque la realidad no es así, pero no se puede quejar, ya que ha jugado con continuidad. No obstante, si su intención era la de convencer a los ojeadores de que está preparado para un desafió mayor del que le ofrecen en San Mamés, ha fracasado por completo. Y es que sus actuaciones no han sido buenas.
Ha tenido despistes constantes, y ha mostrado lagunas en su concentración, que a veces han significado goles en contra. Lógico que Luis Enrique no le tenga en sus planes para ‘la Roja’, con la que el canterano formado en Lezama conquistó el Europeo sub 21. Y, en las últimas horas, ha recibido un varapalo, pues Ronald Koeman le ha dejado claro a Joan Laporta que no lo quiere en el Camp Nou ni regalado. Es decir, que se olvide completamente de él.
Una buena noticia para ‘Los Leones’, que siguen confiando en Núñez, que solamente tiene 24 años. Creen que sus errores son justificables, y que se irá puliendo con el paso del tiempo.
La confianza es máxima.