Quique Setién tiene una trampa para el Cholo Simeone: el Barça respira

De las últimas diez ligas, siete las ha ganado el Barcelona, dejando solo dos al Real Madrid y una al rival blaugrana de hoy (22.00, horas española), el Atlético de Madrid. Datos absolutamente demoledores que hablan de la supremacía culé en la competición doméstica en los últimos años. Con todo, ahora el Barça está contra las cuerdas aunque la lectura de esta noche puede hacerse desde otra parcela, la de Quique Setién, que tiene un argumento brutal contra el equipo del Cholo Simeone.

Pero también desde la del técnico argentino. Ambos preparadores tienen motivos de sobra para temer este enfrentamiento. Setién juega con la historia y la garra de su equipo en los momentos decisivos de la competición doméstica. En este sentido, el Barça cuando se la juega en LaLiga suele ganar, más aún en el Nou Camp. Y no es a este simple dato al que se agarra Setién, hay otro aún más perturbador para las huestes rojiblancas: el Cholo no le ha ganado al Barça en liga. Nunca.

Por un lado es desmotivador para la facción atlética esta situación, pero hay hechos que contraponer a ella. La primera y más importante es la situación de uno y otro equipo, con un Atlético de menos a más y en un gran estado de forma, mientras el Barça está ahogado y se la juega (una derrota puede servir en bandeja la competición al eterno rival, el Real Madrid, que les aventaja en dos puntos). La segunda se deriva de la primera: es el momento para romper la historia.

Por su parte, el míster cántabro del Barça debe apelar al espíritu de campeón de su club y sacar adelante un choque complicadísimo. Setién tiene muchas cosas enfrente hoy. Un equipo ultra competitivo, durísimo en la refriega y eficaz de cara a portería. Un serio aspirante al título de la Champions League que esta temporada ya ha hecho gestas, como la victoria en aquel campo en el que el Barça se dejó su última Liga de Campeones; Anfield. De allí, los culés salieron triturados mientras los rojiblancos alcanzaron la gloria. En definitiva, hay mucho en juego esta noche y dos formas de ver el vaso.