Puntos negros en La Masía: Joan Laporta celebra las ventas de Bartomeu
La cantera blaugrana es una de las más admiradas, pero también hay episodios dignos de olvidar
En los últimos años La Masía viene acostumbrando a sacar a primera escena mundial jugadores que, incluso antes de cumplir los 20 años, se están convirtiendo en piezas esenciales en el proyecto culé. Gavi, Nico o Ansu Fati son algunos de los mejores ejemplos de ello, pero durante la última década en la Ciudad Condal también se han producido casos totalmente opuestos en los que jugadores que parecían comerse el mundo han terminado, no solo saliendo de mala manera del Barça, sino teniendo una carrera muy discreta posteriormente.
En este sentido, Josep María Bartomeu y Joan Laporta, dos de los dirigentes más reconocidos del club en el presente siglo, han podido constatar estas salidas que, con el paso de los años, suponen un motivo de alegría en su gestión. Es cierto que durante su mandato el club ha dejado ir a jugadores como Grimaldo, Dani Olmo, Thiago, Adama Traoré o Marc Cucurella, los cuales están brillando en sus actuales equipos, pero hay otros casos que no han corrido con la mejor de las suertes, especialmente Denis Suárez, Rafinha, Marc Bartra o Cristian Tello.
Precisamente estos dos últimos futbolistas están militando actualmente en Real Betis Balompié, pero ninguno de ellos con el protagonismo deseado, especialmente el central catalán. Durante su etapa en el FC Barcelona dejaron entrever, uno como estandarte defensivo y otro como desequilibrador ofensivo, que podrían dar muchas alegrías a la afición blaugrana, pero en los momentos señalados no cumplieron con las expectativas marcadas y de ahí que su salida del club se postulase irrevocable.
El caso de Denis Suárez es aún más grave, ya que el futbolista evidenció durante su paso por La Masía unas condiciones técnicas innatas que le auguraron una carrera sumamente exitosa en la élite europea, pero poco a poco el jugador gallego fue alejándose de esas expectativas, perdiendo peso en el Celta de Vigo (club al que salió en 2019) hasta ser una alternativa residual en los planes del equipo, especialmente desde que Coudet tomó las riendas del vestuario.
Por último y no menos importante, Rafinha Alcántara es otro de los jugadores que supone un exponente más en la gestión de Bartomeu. Al contrario que su hermano Thiago, el centrocampista brasileño no ha logrado encontrar un destino que le brinde la oportunidad de ser importante y desde que llegó al PSG su participación ha caído en picado, siendo uno de los jugadores de la plantilla francesa señalados para salir en enero.
En definitiva, Laporta puede agradecer a Bartomeu, más allá de la polémica salida del segundo, haber encontrado destino para estos futoblistas que, con el paso del tiempo, han demostrado no estar a la altura de las expectativas depositadas durante su paso por La Masía: un problema menos para el actual mandatario culé.