Plan armado de Gerard Piqué: jaque mate al proyecto de Laporta y Xavi
El central y capitán se echa a un lado, se gana a la masa social y ahora prepara un contraataque
Gerard Piqué es un tipo inteligente y maneja perfectamente los tiempos del juego mediático en torno al FC Barcelona en particular y al fútbol español en general, y eso es una malísima noticia para una junta directiva que, aunque no lo reconozca, se ha visto sorprendida por el anuncio de la retirada del central en plena temporada, justo cuando está en una situación delicada, señalada por las deudas financieras presentes y futuras (con las que se sufragó sin éxito los gastos del mercado) y estigmatizada por la sombra del fracaso deportivo, que además es reiterado (la temporada pasada y la presente). Dicho de otra forma, Piqué ahora sí atemoriza a Laporta y Xavi, porque al otro lado, desde la barrera, es un enemigo sinigual.
Vaya por delante que Piqué tiene el reconocimiento del barcelonismo y del balompié mundial; al fin y al cabo, lo ha ganado todo como jugador y no solo en el Barça, también en la Selección Española de Fútbol, donde fue campeón del mundo y de Europa. Más allá de eso, es un hombre de fútbol, que entiende el juego deportivo y extradeportivo, y, además, un excelente y exitoso hombre de negocios, lo que le ha reportado pingües beneficios económicos.
Y ahora entremos en el parte de afrentas de Laporta y Xavi que Piqué ni olvida ni piensa dejar pasar tan a la ligera. Desde que cuelgue las botas mañana ante el Almería (21.00, hora española), recordemos, penúltimo partido de esta primera mitad de temporada antes del Mundial, Piqué iniciará su camino hacia la presidencia del club, sin dilación. Sin paños calientes. Constante, preciso, certero; como ha sido siempre.
Echando un paso atrás, haciendo memoria, hay motivos de sobra para su descontento.
Es verdad que Piqué salió dolido de su situación sentimental, pero el central está particularmente molesto con los desplantes del presidente, el club y el entrenador. A unos le achacan su acoso y derribo personal y mediático para que se echara a un lado, señalándole de los problemas deportivos y económicos del club justo cuando menos ha jugado; con el otro, con Xavi, nunca ha conectado y tampoco pasa que se le apretara tan abruptamente, sin explicaciones mediante. Y se entiende: Piqué es historia viva del club y merece un respeto. Por eso Piqué da este paso, para dejar sin capacidad de reacción a Laporta y Xavi, que se quedan sin un central y sin el paraguas sobre el que descargar todas las malas tintas. Así, desde el domingo Piqué podrá hablar fuera del campo y juzgar, como un hincha más y en esa parcela no tiene rival.
El temor de Laporta y Xavi con el capitán es fundado: el azote ha llegado para quedarse y una vez fuera del bloque podrá atacar con toda la artillería, que es ingente. Piqué habla y ya no responde ante nadie: jaque al proyecto, no lo duden.