Piqué también se sorprende con lo mal que le ha ido a un excompañero

Desde que se fue del Barça no levanta cabeza

Malcom fue uno de esos fichajes curiosos que se hicieron bajo el mandato de Josep María Bartomeu. Le fichó siendo un completo desconocido, y como admitieron ‘a posteriori’, apenas le habían visto jugar. Pero en el Barça se fiaron del instinto de Monchi, que trató de llevárselo a la AS Roma, y pagaron un poco más para cerrar su llegada. Barato no fue, pues costó más de 40 millones de euros, un negocio redondo para el Girondins de Burdeos.

Y se fue tal y como llegó, sin hacer ruido. Tan solo duró una temporada, en la que jugó entre poco y nada, y apenas entró en los planes de Ernesto Valverde, el entrenador en ese entonces. Pasó con más pena que gloria, y tan solo será recordado por ese gol que marcó en el Clásico, ante el Real Madrid, en semifinales de la Copa del Rey. Porque el resto del año se lo pasó entre el banquillo y la grada, antes de hacer las maletas, en busca de un nuevo reto.

No tuvieron paciencia con el internacional brasileño, que fue convocado por Tite, pero sin llegar a debutar, y lo traspasaron al Zenit de San Petesburgo, por una cifra similar a la que pagaron. A sus 24 años, el canterano del Corinthians nunca se imaginaba que acabaría jugando en Rusia, después de pasar por el Camp Nou, pero así le ha tratado la vida. Y la cosa no acaba allí, pues hace poco, Gerard Piqué, Leo Messi y el resto de ex compañeros se enteraron de como le están yendo las cosas.

La realidad es que no puede estar satisfecho, un año y medio después de su presentación, de su aventura en el noreste de Europa. Está percibiendo un buen salario, eso es cierto, pero es que ni siquiera es titular indiscutible, y solo lleva jugados la mitad de los minutos posibles. Sus cifras, a parte, son paupérrimas, pues tan solo ha sido capaz de ver puerta en una ocasión, además de dar dos asistencias. Está lejos del crack que apuntaba a ser.

Desde que salió de la Ligue 1, la carrera de Malcom ha ido cuesta abajo.