Pedri y Gundogan le necesitan para brillar: el gran socio de Frenkie de Jong cerrará bocas

El canterano ha vuelto al club en el que se formó para ser el pivote titular del equipo

El FC Barcelona ha tenido que afrontar este verano la marcha de Sergio Busquets y la complicada situación económica de la entidad no ha permitido que los azulgranas incorporen un gran nombre para reemplazarlo. Oriol Romeu no era la primera opción, pero encaja en las necesidades azulgranas. 

Xavi Hernández fue muy claro cuando se confirmó la salida del jugador con el que había compartido vestuario y títulos, quería un gran mediocentro para su Barça y lo dijo en rueda de prensa: “El perfil debe ser un jugador muy determinante, que gane duelos y sea inteligente, técnicamente fino. Ahora es el momento de encontrar un sustituto porque no tenemos claro que lo haya en casa. Hay que encontrar esa pieza si queremos competir, es fundamental”. Después de que sonasen con fuerza Zubimendi y Brozovic, el equipo azulgrana tuvo que asumir su realidad económica y decidió optar con un canterano que se ha curtido en la Premier League y que realizó una gran temporada con el Girona. 

Oriol Romeu generó dudas en la afición culé con su llegada, pero su entrenador parece tener una visión diferente, como se ha demostrado en pretemporada al apostar por él de forma decidida y clara para el puesto de pivote titular. Una posición clave en el habitual fútbol azulgrana, que ahora, con el cambio de sistema para juntar a cuatro centrocampistas, ha perdido algo de importancia en la creación y la salida de balón, pero que sigue siendo fundamental para la recuperación del balón y el aspecto defensivo. Labores en las que Romeu ha demostrado ser capaz de rendir a un nivel alto tanto en el Girona como en el Southampton. Aunque su gran prueba serán los encuentros de Champions League y los partidos de más exigencia en liga. Ahí es donde generar dudas. 

El socio que todos necesitan

Xavi Hernández decidió cambiar la forma de jugar de su equipo la temporada pasada cuando vio que los encuentros se descontrolaban más de lo que le convenía a sus futbolistas. Desde ese momento, apostó por juntar a cuatro centrocampistas, buscando tener más el balón y que este cuadrado que se formaba con la posición de sus jugadores tuviese más importancia que los extremos. Pedri, Frenkie de Jong y Gavi tomaban más decisiones y participaban más. Lo mismo debería ocurrir con Gundogan. Pero siempre escoltados por un pivote como Oriol Romeu que mantengan el equilibrio, permita que sus acompañantes creen y no les obligue a tener que ocupar una posición que no es la ideal para ellos.