De papel secundario a protagonista

El mercado de fichajes ya ha dado alguna que otra sorpresa

En los que llevamos de 2019, dos canteranos del Real Madrid ya han fichado por su eterno rival en la ciudad, el Atlético de Madrid. Álvaro Morata y Marcos Llorente han cambiado el Bernabéu, el primero de ellos con un paso entre medio por el Chelsea, por la que será su nueva casa, el Wanda Metropolitano.

En el caso de Morata, el delantero no tuvo los minutos deseados en ninguna de las dos etapas que vivió en la disciplina merengue. Emergió del filial como una alternativa a Karim Benzema gracias a los grandes registros goleadores que había ofrecido en las categorías inferiores del Madrid, aunque nunca llegó a encontrar su lugar, o al menos, lo que él hubiera esperado.

Tras una gran temporada en la Juventus, llegando a disputar la final de la Champions eliminando en semifinales al conjunto blanco con un definitivo gol de Morata, Florentino decidió repescarle. A su vuelta al club que le había visto crecer, Álvaro siguió sin gozar de la continuidad que deseaba, por lo que buscó de nuevo una salida para encontrar los minutos que en la capital no le habían sido concedidos.

En enero de 2019, el Cholo Simeone estableció al español como prioridad para reforzar el ataque del conjunto colchonero y Enrique Cerezo completó la operación.

En el caso de Llorente, el mediocentro ha ocupado un papel todavía más secundario que el que desempeñó Morata. Siendo titular indiscutible únicamente durante el corto periodo de tiempo en el que Santiago Solari cogió las riendas de conjunto madridista, Marcos ha estado lejos de lo que prometía ser aquel chaval que cuajó una gran campaña en las filas del Alavés hace 3 años.

Sabiendo que no entraba en los planes de Zidane, el centrocampista ha querido buscar una salida que le garantice la confianza del entrenador, luchar por objetivos importantes y hacerlo sin moverse de casa. Al ‘Atleti’ ha llegado el vacío que dejará en la medular la más que posible baja de Rodrigo Hernández.

Morata y Llorente, dos canteranos del Madrid que vieron el sueño de triunfar en el club en el que les vio crecer truncado, y que ahora prueban suerte con un rol completamente distinto en el que fue hasta hace muy poco su máximo rival: el Atlético de Madrid.