¡No confiáis en mí y me quiero ir!: un protegido de Leo Messi renuncia

Se va a un rival directo: problemón para el Barça

Cuán complicado resulta aunar una plantilla de altura y calidad suprema, con dos jugadores por puesto, y tener contentos a los 22, ni que decir tiene a los 23. Puede ocurrir un año pero muchos de ellos viendo su papel de gregarios de la traca final, la que decide los partidos decisivos y los títulos, deciden en verano mostrar su descontento y buscar una salida. Normalmente es difícil revertir esta situación.

Esta lucha la mantienen todos los equipos profesionales, pero más si cabe los grandes, que deben lidiar con egos superiores. Lo tuvo el Madrid en pasadas campañas, le ocurrió al PSG con Neymar, Edison Cavani y Kylian Mbappé y lo tiene el Barça –más aún si resulta que fichan al astro brasileño- con sus segundas espadas. De hecho, este es el último lío al que tienen que hacer frente Josep Maria Bartomeu y Ernesto Valverde (y Leo Messi cuando regrese).

Al igual que su compañero Jasper Cillessen, Malcolm siente que puede tener un papel preponderante en un club de máximo nivel, se ha convencido que en el Barça nunca va a tener ese rol y tiene muchas ofertas apetecibles que está decidido a escuchar. Una de las más atractivas llega desde Londres, donde Unai Emery le ha prometido protagonismo desde el inicio. Es un club grande y con aspiraciones apetecibles, por lo que gusta al carioca. Sin embargo hay más.

La negativa del Real Madrid a ceder a James Rodríguez al Nápoles ha llevado a Aurelio Di Laurentiis a plantearse nuevos objetivos, pese a que Carlo Ancelotti desea más que nada al cafetero, y el principal ahora es el joven jugador del Barça, que podría llegar en propiedad al club napolitano por unos 35 millones de euros.

Falta esperar si esto satisface a la cúpula gobernante del Camp Nou, entre ellos el crack argentino que ve en el extremo un recambio perfecto y de calida. El jugador lo tiene claro.