Ni Valverde detiene a un Madrid de Carlo Ancelotti con dos fichajazos para el tramo final del curso

El doblete de Rodrygo Goes y el regreso de Eder Militao, factores importantes antes del final

En Barcelona lo sabrán bien, el choque de anoche en el Santiago Bernabéu entre un Madrid de doble velocidad y sin su mejor velocista, Vinicius, ante uno de los equipos más en forma del campeonato, que además se jugaba uno de los cuatro puestos Champions, como es el Athletic, era clave, pero lo era en las dos direcciones y salió cara para los intereses de Carlo Ancelotti, muy de cara.

Cuatro grandes noticias y nueve días de reflexión

Marcado en rojo en el final del campeonato, este partido era crucial y el Madrid logró cuatro importantísimas victorias en el triunfo ante el club bilbaíno dirigido por Ernesto Valverde. Los dos primeros pasan por haber conseguido que a unos días de recibir la visita en Champions League del Manchester City no solo recupere al mejor Rodrygo Goes, que anotó los dos tantos blancos, sino que hace lo propio con Militao, el cual volvió a vestir se de corto tras su gravísima lesión.

Además de ello, Ancelotti se fue con la portería a cero ante uno de los conjuntos con más pegada de LaLiga EA Sports y cierra una de las citas más complejas que le quedan hasta cantar el alirón. Y eso desanima a un Barça que viene de menos a más pero que no logra recortar punto alguno a un Madrid sólido y que cada vez tiene más cara de campeón.

Seguridad y un ritmo propio

Salvo alguna enorme actuación puntual de Andriy Lunin, el Madrid no sufrió ante el Athletic, al que le impuso su ritmo de juego, por momentos de bajas revoluciones, pero que le sirvió para baremar cuándo y cómo quería finiquitar el partido. El ejecutor fue Rodrygo, pero pudo haber otros verdugos rojiblancos. En suma, los de Valverde no perdieron nunca la cara al partido, pero, a la vez, este jamás estuvo en sus manos; al final, el Madrid jugó al gato y el ratón hasta asfixiar al equipo vasco. Con ello, los merengues lograron tres puntos más, que no son poca cosa, y deja la mente limpia, además de la desesperanza metida en el cuerpo del culé, para meterse entre ceja y ceja el duelo de duelos, este de Liga de Campeones, ante el City.