Ni resultados ni títulos, Quique Setién solo quiere lograr esto en el Barça
¿Servirá al aficionado culé?
Si Ernesto Valverde ha sido de los últimos entrenadores del Barça quien más ha puesto sobre la mesa su estilo enfrentado al de Johann Cruyff, Quique Setién, por su parte, es la evolución de la revolución que en su día instauró el mítico ex jugador y entrenador neerlandés. Es un eco expandido del Dream Team llevado a su máxima expresión. Quique es, si cabe, una explosión de la idea de Pep Guardiola, la virtud de englobar su proyecto del fútbol posesión y avasallamiento y llevarlo hasta un escalón superior, más intenso, más profundo y más radical.
Se lo hemos visto incluso con Las Palmas, un equipo que sorprendió en la liga española por su afán preciosista y su capacidad para lanzarse con devoción sobre el rival, manteniendo la pelota siempre en campo contrario y asfixiando las líneas de pase del rival. Para Setién solo hay una forma de defenderse del contrincante, atacar. Y este axioma lo lleva hasta el límite y el paroxismo. Su rumor en la cabeza es constante: nunca romper la armonía de la asociación en distancias pequeñas, nunca saltarse el guion a la corta.
El posible problema de Setién, y que ya le ha ocurrido en otros entornos, es que en el fútbol moderno, para contraer y anular al rival, especialmente cuando hablamos de equipos de máximo nivel (léase un Liverpool o un Real Madrid), hacen falta tres cosas sin las que no es posible conseguirlo. La primera, el Barça la tiene de sobra, y es la referida a la calidad y velocidad de ejecución, tanto en las acciones de asociación como en las de efectividad. Los Leo Messi, Luis Suárez (con el que no podrá contar) o Griezmann son jugadores perfectos para matar cuando hace falta.
La segunda, más compleja y casi irrealizable en Can Barça, es tener un tono físico altísimo, muy al estilo del Liverpool de Jurgen Klopp. Cuando un adversario se siente presionado abre sus líneas y exige al defensor un ritmo y un esfuerzo mayor en campo rival para lograr el robo del esférico, por lo que resulta esencial la asfixia continuada de la línea de pase. Sin un equipo en plenas facultades físicas es imposible llevar esta máxima a cabo.
Y la tercera, unida a la anterior, es la cohesión entre líneas, algo de lo que ha adolecido el Barcelona de Valverde; tanto que por ahí le han venido los problemas en las grandes citas. La presión y recuperación son entornos que deben estar preparados para otras contingencias, como son las salidas de balón en largo del conjunto contrario a la espalda de los centrales y laterales, y las posibles transiciones superada la primera fase de coacción. Si no hay movimiento coral, de los diez futbolistas a una, empiezan a formarse desequilibrios. Así mató el Atleti al Barça en la Supercopa.
En este sentido los azulgranas se han partido con facilidad y han disociado demasiado aquello que hacían los puntas con eso que requería la retaguardia. En ciertos momentos, el Barça ha sido un coladero, prueba de ello son los 23 tantos encajados en 19 partidos en LaLiga. O lo que es lo mismo, el Barcelona de Valverde siempre ha estado obligado a marcar más de un gol por partido para ganar, porque siempre recibía al menos uno en contra.
Muchas dudas
Y esa es precisamente la duda que planea sobre el nuevo entrenador culé (entre otras, que las hay. Dos de ellas son, cómo gestionará los egos o la baja del 9 charrúa), porque si Las Palmas o el mismo Betis por momentos hicieron un fútbol de altísimo nivel en ritmo y posesión, también tuvieron su punto en contra con la deficiente consistencia entre líneas. Y eso les hizo encajar mucho y perder bastantes puntos, algo que conllevó, en ambos casos, una falta de resultados que no se puede permitir el Barça.
El Barça debe jugar bien, pero también necesita ganar. Es más, sendas características son imprescindibles para un entorno saludable en Can Barça. De ahí que el fichaje de Quique Setién deje una honda duda planeando en la cabeza de todo hincha blaugrana ¿Será este entrenador tan valiente en el juego con la exigencia de títulos y resultados apremiando o guardará la ropa y se mostrará más cauto?