Ni el caso Negreira ni Messi: Laporta y Xavi sufren el peor revés, el proyecto salta por los aires

El capitán toma la decisión, ya anunciada por Don Balón, de salir y el agujero que se crea es de dimensiones enormes

Si había un momento en el convulso día a día del Barça en los últimos tiempos en que una noticia podía desfigurar el proyecto de Joan Laporta y Xavi Hernández era este y ya se ha confirmado: Sergio Busquets lo deja, se va, y eso, más allá del hecho de tener que despedir a una leyenda, supone abrir una brecha enorme que será complicada cerrar. Lo económico y lo deportivo ahora se unen para dejar un futuro incierto en la 23/24, un problema que va más allá del caso Negreira y Leo Messi, dos asuntos de segundo orden en estos momentos.

Lo primero, lo que se va

Con Busquets se va el mejor mediocentro organizador posicional posiblemente de la historia del Barça. La rotundidad ya de por sí da vértigo, sin embargo, hay más. Porque Busquets era el filtro, el tapón entre el juego vistoso y de atauque culé y el repliegue ordenado, y así ha sido durante casi dos décadas, lo cual ya habla a las claras del agujero que deja su marcha. Pero es que si focalizamos en la situación económica del club y la pizarra de Xavi, su salida es un problema aún más monumental.

No hay otro futbolista en el Barça con su claridad de ideas, su eficacia y limpieza a la hora de sacar la pelota jugada desde atrás, asunto clave para Xavi. Ninguno más puede cumplir esa función con tanta soltura. Y lo peor no es eso, sino que en el mercado hay pocos jugadores como él, pese a su edad, y los que hay, de tener su capacidad, cuestan un dinero que el Barça no puede pagar. Y ahí viene el segundo drama en este asunto, porque ahora que se va el organizador, el capitán, la bisagra del equipo desde tiempos de Xavi e Iniesta, desde aquellos días de Messi, surge la pregunta ¿Y ahora qué?

Mercado baldío

La respuesta es sencilla: hoy por hoy el Barça apaga fuegos en pleno incendio y dada su situación se podría dar con un canto en los dientes solo con salvaguardar algunos de sus talentos que están en vías de renovación. No obstante, y más allá de ello, no servirá con mantener a Balde, Gavi o Araujo, porque el Barça debe cerca de 200 millones y, por tanto, debe vender, no ya seguramente para comprar en el mercado de fichajes, sino para sobrevivir con lo puesto, de modo que sin opciones materiales, la marcha de Busquets es una tragedia. No queremos ya decir si el Barcelona se ve en la necesidad de vender a Frenkie de Jong u Ousmane Dembélé, entre otros jugadores, pocos, que cuentan con suficiente mercado como para sanear las cuentas.