Ni con Zidane ni con Ancelotti: una estrella del Madrid no se asienta
No logra consolidarse en el club
Martin Ödegaard fue uno de los jugadores del Real Madrid que más se alegró por la dimisión de Zinedine Zidane. Sabía que con el galo en el banquillo tenía mucho más complicado regresar al club, pues nunca negó que no era de su agrado. En los pocos meses que coincidieron, casi no tuvo minutos ni continuidad, y no acabaron de hacer buenas migas. No le sirvió de nada el buen rendimiento que ofreció en el año que estuvo en la Real Sociedad, siendo uno de los mejores futbolistas de toda La Liga Santander.
Por eso hizo las maletas nuevamente, esta vez, con dirección a la Premier League. Pasó unos pocos meses en el Arsenal de Mikel Arteta, pero fue suficiente para ganarse una nueva oportunidad en el cuadro blanco. Eso si, estuvo sondeando hasta el último momento la posibilidad de quedarse en Londres, y pedía a Florentino Pérez que le garantizara la llegada de otro técnico. Y así sucedió, con la contratación de Carlo Ancelotti, que parecía tener al noruego en sus planes.
Así se dijo hace unas semanas, dando por hecho que el ex de Stromgodset, SC Herenveen y Vitesse Arnhem volvería al Santiago Bernabéu. No solo eso, si no que le estaban reservando un papel protagonista, y la idea era que se consolidara en el once inicial. A sus 22 años, había plena confianza en sus capacidades, y, sobretodo, jugaba con la baza de ser íntimo amigo de Erling Braut Haaland, que es un objetivo prioritario de cara al año que viene.
Sin embargo, todo se ha torcido en la pretemporada. Al parecer, Ödegaard no se las ha podido apañar para acabar de convencer al entrenador italiano, que ha quedado sumamente decepcionado. Ni en los entrenamientos ni en los amistosos ha dado motivos para quedarse, y ahora mismo, se vuelven a plantear su adiós. Esta vez, a título definitivo, pues tiene propuestas encima de la mesa que superan los 50 millones de euros.
Tiene por delante unas cuantas pruebas de fuego, que no puede seguir dejando escapar. A ‘Carletto’ no le temblará el pulso descartándole.
Está obligado a mejorar.