Mino Raiola vuelve a llamar a Joan Laporta por un fichaje astronómico

El Barça tiene la posibilidad de llevárselo

Matthijs de Ligt no ha caído en el olvido tan fácilmente, y sigue dando mucho de lo que hablar. Porque no hay que dejar pasar por alto que era el gran objetivo del Barça hasta hace no demasiado, si bien, por un motivo o por otro, nunca se ha podido concretar. En verano de 2019, la razón eran las malas relaciones que Mino Raiola, su agente, tenía con Josep María Bartomeu. Pero ahora todo es muy diferente con Joan Laporta en la presidencia.

No solo es que no tenga ningún problema con él, si no que son buenos amigos, y guarda muy buenos recuerdos tras el paso de Zlatan Ibrahimovic por La Liga Santander. Para colmo, las cosas no han ido como se esperaba al internacional con la selección de los Países Bajos en la Juventus de Turín. Y se arrepiente de hacer caso a Cristiano Ronaldo, que se tomó la molestia de hablar personalmente con él, para convencerle de su firma.

Nunca ha explotado sus cualidades en la Serie A, ni ha llegado a ser titular indiscutible. Ha tenido actuaciones buenas, pero también otras muy flojas, cometiendo errores graves, que le han costado muchas críticas. El regreso de Massimiliano Allegri tampoco le beneficia demasiado, pues tiene pensado seguir confiando en Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini como pareja. Es por eso que el canterano del Ajax de Ámsterdam piensa seriamente en marcharse.

Le ha trasladado a la directiva ‘bianconera’ su intención de hacer las maletas, e iniciar una aventura en otro lugar donde pueda reconducir su carrera. No ha evolucionado lo que le hubiera gustado, y tampoco se ha encontrado con el proyecto ambicioso y competitivo que le prometieron. Y, en caso de irse, tiene claro que el Camp Nou es su destino predilecto, pues sus características encajan como un guante allí. Además, juega su mejor amigo, Frenkie de Jong, y el entrenador es Ronald Koeman, que le conoce perfectamente.

Sin duda, sería un gran refuerzo para el Barça, y Laporta lo ve con buenos ojos. El problema sería su precio. Porque pagaron la friolera de 86 millones de euros.

No se conformarán con menos.