Mete en la ruina al Barça y ahora no se va: peor negocio que Coutinho
El centrocampista estaba completamente olvidado por el Barcelona y deberá marcharse
Cada año a los clubes se les acumula el trabajo de las salidas. Tratar de encontrarle acomodo a los jugadores con los que ya no se cuenta es una tarea complicad y hasta desagradable pero con la que las direcciones deportivas deben lidiar en cada verano, y más enrevesada se vuelve cuando se trata de futbolistas que han estado cedidos y que siguen sin tener la confianza del entrenador por lo que hay que buscarles un nuevo destino. Y eso pasa en el Fútbol Club Barcelona en la figura de un jugador que llegó para ser una estrella y una de las figuras más importantes pero que se ha convertido en un auténtico fracaso y estorbo como es el caso de Miralem Pjanic.
Muchos seguidores del Barça ya ni se acuerdan de que el bosnio sigue perteneciendo a la disciplina culé pero lo cierto es que tiene contrato hasta el 2024 y que se ha convertido en un verdadero problema para Joan Laporta. Está claro que, a sus 32 años de edad, el centrocampista no cuenta lo más mínimo para Xavi Hernández, que tiene otras prioridades en mente. Ni la más que posible marcha de Frenkie de Jong le va abrir camino a un jugador que llegó entre una gran expectación y que ha resultado ser una verdadera decepción.
Hace dos temporadas que el Barça pagó la friolera de 60 millones de euros a la Juventus por un futbolista que, es cierto, venía ofreciendo un gran rendimiento en la Serie A. Sin embargo, su llegada al Camp Nou no fue precisamente exitosa y de hecho la pasada campaña los culés se vieron obligados a cederlo al Besiktas, en la liga turca, para deshacerse de una elevada ficha económica.
Ahora, esa gran inversión de 60 millones de euros parece que se va a ir directamente a la basura porque el centrocampista sigue sin entrar en los planes de Xavi Hernández y el Barça está buscando la manera de deshacerse de él. Parece complicado que los culés encuentren un comprador que quiera arriesgarse a poner dinero encima de la mesa por un jugador de su edad, pero bien sea prácticamente regalado o de nuevo en forma de cesión, para el Barcelona es una obligación encontrar un nuevo destino para Pjanic.