Messi se calla: el crack que no quiere salir y pide ayuda al capitán
El jugador argentino no se quiere meter.
Lionel Messi vuelve a ver la luz al final del túnel que era el Barcelona hasta hace pocas semanas, cuando perdieron el clásico contra el Real Madrid que parecía complicar la lucha por LaLiga. Ahora, el conjunto catalán depende de sí mismo para conseguir el campeonato local y ya tiene en la bolsa la Copa del Rey después de una exhibición futbolística. A pesar de esto, hay un titular que no se ubica en los planes de la dirigencia para la próxima temporada y estaría pidiendo el respaldo del crack argentino.
El elemento que no entra en la ecuación de Joan Laporta para la temporada 2021-22 es Antoine Griezmann. Cuando los números le empezaban a responder al atacante francés, superando sus estadísticas del curso pasado con 16 goles y 11 asistencias, la planificación del máximo mandatario con su proyecto parece chocar con la continuidad del atacante. Y es que ya habrían llegado ofertas a las oficinas azulgranas por el de Mâcon, pero desea quedarse al sentirse más a gusto en el plantel.
En ese sentido, le estaría solicitando ayuda a Messi para que calme los ánimos de la dirigencia. El tema es que el ‘10’ argentino tendría otros intereses que solo podrían conseguirse con la venta de Griezmann, la cual dejaría unos 60 millones de euros en las arcas del club. Por lo tanto, lo que reina es el silencio del mejor futbolista en la historia del Barça, pues la intención es que pueda terminar regresando Neymar al equipo.
Messi presiona hasta el final con su renovación
Messi no está perdiendo la oportunidad de utilizar el momento crítico de su renovación para promover cambios muy importantes en el proyecto. Junto a la llegada de Sergio Agüero que parece un hecho, el astro rosarino quiere a otro atacante entre Neymar y Erling Haaland para evitar que los proyectos del fútbol inglés tomen una ventana definitiva en Europa con la flexibilización del Fair Play Financiero. Toda la presión es para Laporta, quien debe buscar soluciones con muy poco margen de maniobra y con el reloj como gran enemigo. Mientras tanto, la marcha de Griezmann parece ser inevitable haga lo que haga de aquí al final de la temporada.