Messi quiere una prueba de fe y no es el fichaje de Neymar o Lautaro
No está contento.
Mientras siguen creciendo las informaciones desde el entorno blaugrana de que Lionel Messi habría fijado el 2021 como fecha de salida del club, la dirigencia busca calmar los nervios. El crack argentino está decepcionado por la conducción del club llevada por Josep Maria Bartomeu, por lo que quiere una prueba de fe inmediata, la cual no se trataría de incorporaciones como las de Neymar o Lautaro Martínez, sino de un manejo coherente de altas y bajas en el siguiente mercado.
Luego de que la dirección deportiva de Éric Abidal avalada por Bartomeu armara un plantel corto con muchas deficiencias en diferentes posiciones del campo, Messi pide que se tomen decisiones con sentido.
La comentada prueba de fe que quiere Messi estaría relacionada con las ventas de Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho. Dos jugadores que en total le costaron al club 270 millones de euros y que actualmente no aportan absolutamente nada. Además, ocupan lugares que pueden ser aprovechados por otra clase de jugadores e incrementan la escala salarial.
De los ingresos obtenidos a partir de ambas salidas, podría salir el próximo gran fichaje de los catalanes, el cual es una incógnita, por el momento.
Messi tiene en vilo al Barcelona
La pérdida del liderato en LaLiga, mala relación con la dirigencia, distanciamiento con el cuerpo técnico, paralización de la renovación y ofertas de grandes proyectos deportivos hacen dudar al Barcelona sobre los planes de Messi para el cierre de su carrera. El ‘10’ ha mostrado compromiso, pero la responsabilidad de los directivos de formar un proyecto ambicioso no se ha cumplido hasta ahora. La Pulga hace meses ya avisó en una entrevista para Sport: “No quiero irme, pero lo importante es tener un proyecto ganador”.
Los movimientos de verano serán un indicativo para Messi sobre el compromiso y los planes que tenga la dirigencia saliente de cerrar su curso con la menor cantidad de problemas posibles.