Messi lo acepta. Le enseña la puerta de salida a Suárez y cierra a otro 9

El estado de forma del uruguayo indigna al Barcelona ¡Está gordo!

En Barcelona se han quedado de piedra. Están indignados. Esperaban la vuelta de los jugadores del primer equipo ayer y no contaban con ninguna sorpresa negativa. Quizás algún positivo por coronavirus, pero nada más. Sin embargo, Suárez parece que tenía otros planes.

Nada más bajarse del coche y ser fotografiado todos se dieron cuenta. “Se le ha ido la mano con los bollos”, decían los compañeros de prensa. El uruguayo mostraba un claro sobrepeso. Se ha dejado llevar durante el confinamiento y no se ha cuidado lo suficiente. Messi lo vio y aceptó la realidad. Es el momento de dejar marchar a su amigo. Se ha acabado una etapa.

Suárez no es el jugador que más se cuida cuando tiene una lesión o una inactividad. Ya le pasó cuando firmó por el Barcelona y estaba sancionando después del mordisco a Chiellini en el Mundial. Volvió y la gente al principio alucinaba. “Está gordo, cómo es posible en un profesional”. “Si en tres meses se ha puesto así, como va a ser cuando se retire”. Las críticas eran duras, pero con goles acalló a los que ladraban.

Este año su rendimiento ha ido a menos, aunque sigue manteniendo buenas cifras de goles y sus defensores apelan a ellas cuando hay una discusión. Bartomeu quiere sacarle por dos motivos. El primero es el económico, su ficha es demasiado alta, y el segundo es por el poder que tiene en el vestuario junto a Leo Messi. Puede convertirse en un peligro en un futuro.

Messi no quiere un fichaje de renombre en su lugar, sabe quién debe ocupar su lugar: Ansu Fati. El joven extremo lleva dos meses trabajando en los entrenamientos con Setién para poder ocupar la posición de 9. “Es rápido, va bien con las dos piernas, entiende los movimientos… será un gran 9 si se lo propone”, dicen desde el cuerpo técnico del entrenador cántabro.

Luis Suárez ha cavado su propia tumba en el equipo catalán esta cuarentena. Demasiados paseos a la nevera tienen la culpa. Hay que saber controlarse. Por lo menos los mordiscos ya no los da en el campo, algo es algo.