Lo pierden y el Madrid sin él es un equipo vulnerable ¡Zidane KO!
El centrocampista está fuera
No nos engañemos, o no se engañen, el Real Madrid esta temporada, incluso cuando consiguió estar 21 partidos sin perder, se ha sostenido sobre las espaldas de su Atlas particular, uno al que ahora está perdiendo Zinedine Zidane y sin el que no puede alcanzar sus objetivos de principio de temporada: Copa del Rey, liga y Liga de Campeones. Casemiro está perdido, al menos en lo físico, y sin su presencia el cuadro de Chamartín es un azucarillo en un café.
La solidez defensiva -con solo 49 goles anotados en 27 partidos, es decir, 14 menos que el peor Barcelona que se recuerda, en el que falta su principal referente junto a Leo Messi, Luis Suárez- ha mantenido la idea de Zidane y su aspiración a ganar los dos grande títulos de la temporada. Pero cuando esta ha flaqueado, como ocurrió en el Parque de los Príncipes, en el Benito Villamarín, en el Bernabéu ante el City o en el Ciutat de Valencia, a este Madrid se le ven las costuras: es un equipo sin un talento superior, sin gol ni idea de juego. El alma se le va.
Porque Casemiro ha soportado las carencias blancas, pero lo ha hecho en tantas oportunidades que su gasolina está tocando a su fin. Ayer se le vio fuera, sin capacidad para las transiciones, perdiendo balones sin parar y poco preciso en la asociación en corto (esto último es una tónica habitual en el brasileño en cualquier pase que no sea de seguridad), y el Madrid lo pagó ante un adversario que tenía unas lagunas defensivas tan evidentes que resultaba insultante la escasa capacidad ofensiva blanca.
Casemiro lo ha jugado todo, incluso cuando no tenía que hacerlo (como, por ejemplo ante Unionistas, en Copa de Rey), Zidane le ha exprimido y el brasileño está dando muestras de un cansancio desmedido. No está bien. El de Sao José dos Campos ha disputado 3.120 minutos, más que ningún otro jugador. Eso es más del doble que Marcelo, Vinicius, Bale, Hazard… o el doble que Mendy; o lo que es lo mismo, solo se ha perdido dos partidos en toda la temporada, disputando 35, un ritmo que le ha quemado. Y eso es responsabilidad de su técnico.
El Madrid llega al tramo decisivo sin su gran argumento a pleno rendimiento, más bien todo lo contrario, y sin red los blancos van en caída libre. La gravedad tira a la lona de la idea de juego de Zidane con más fuerza que nunca. Se cae por su propio peso.